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El virtual Presidente de México es un hombre dicharachero, en medio de sus atrevidas declaraciones cae en imprecisiones que sus colaboradores han rectificado al grado de desmentir o cambiar el sentido de sus palabras. Creo que AMLO debe entender que ya como Presidente electo, debe hablar como tal, y aunque ha dado señales esperanzadoras de cumplir sus promesas, sigue cayendo en comentarios y anuncios que le quitan certeza ante algunos lectores. Ya ganó, ya arrasó, ya no necesita del populismo en sus palabras, sus primeras 12 acciones de gobierno y propuestas legislativas son contundentes y serias, la gente todo le aplaudirá, pero por cierto tiempo, si se equivoca con lo que dice, tarde o temprano será criticado por no cumplir y eso debe tomarlo en cuenta. Cito algunos ejemplos: Rentar una casa para vivir. Un presidente necesita seguridad por la solidez del gobierno que representa y la estabilidad de la nación. Saldría más caro e innecesario adecuar una residencia con las condiciones de custodia que requiere, le guste o no le guste. La misma Olga Sánchez mostró distancia en sus palabras ante tal postura. Lo mismo pasa con volar en aerolíneas comerciales, eso no sucederá. Cambiar todas las secretarías a los estados: Nadie se explica cómo podría lograrlo tomando en cuenta el enorme gasto que eso representa, muchos edificios federales son propiedad de la nación. ¿Comprarían nuevos en los estados? ¿Rentarían? ¿Qué harían con los miles de burócratas? ¿Los liquidarían? ¿Les pagarían mudanzas? Bajar el precio de la gasolina si ganaba se convirtió en “hasta” tres años, hacer tres refinerías se redujo a solo una y ahora requiere varios años, tiempo, dos, tres y luego cuatro. AMLO dijo que la economía crecería un 5 % pero su próximo secretario de Hacienda dijo que 2.5 %. Dijo que desconocerán contratos irregulares de Pemex, después dijeron no haber visto ninguno mal hecho y en una tercera postura se dijo que no los han visto aún. En resumen: se contradicen una y otra vez. Si ya el electorado destruyó al PRI y PAN creyendo todo lo que se ha prometido aún sin explicar los “cómo”, ahora debe asumirse una postura más cuidadosa, no es lo mismo el peso de la palabra de un candidato que de un presidente. Desde ahora y los primeros meses de ejercicio presidencial siguen creyendo ciegamente en López y Obrador y ha dado muestras de querer hacer bien las cosas, cortar pensiones de ex presidentes, bajar el IVA en la frontera, combatir la corrupción y vender el avión presidencial, pero los demás desatinos por anuncios a “boca de jarro” tendrán consecuencias a mediano plazo. AMLO y su equipo saben que hay una lista de promesas que quizá no se cumplan y sus anuncios desatinados podrían ser una trampa para el gobierno. Sería lamentable que haciendo grandes cosas lo critiquen por unas menos importantes, solo por no tener una comunicación cuidadosa e institucional. Ya ganaron, es hora de hacerlo. *El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico.

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