Tijuana enfrenta riesgos persistentes por expansión urbana en zonas inestables

Tijuana, BC.-El riesgo urbano permanece elevado debido a la expansión de viviendas en laderas y cauces, un fenómeno vinculado al crecimiento poblacional que mantiene activa la vulnerabilidad en diversas zonas de la ciudad, expuso José Luis Jiménez, director de Protección Civil de Tijuana.

Señaló que las distintas oleadas migratorias impulsaron asentamientos en áreas inestables, donde la ocupación informal avanzó sin estudios de suelo ni verificación de predios, lo que generó viviendas con deterioro estructural acumulado durante décadas.

Zonas como Sánchez Taboada y Camino Verde refirió que presentan afectaciones crecientes derivadas de suelos erosionados, cortes irregulares y construcciones que han añadido niveles adicionales a estructuras originalmente diseñadas para soportar menor carga.

Tijuana

Invita “Ence Radio” a donar jueguetes para niños y niñas de escasos recursos en Tijuana

Te puede interesar: Abre convocatoria de Becas Corazón de Cimarrón para estudiantes de UABC

Crecimiento Urbano

Además continúan surgiendo asentamientos en zonas donde antes no existía actividad habitacional, lo que incrementa el número de viviendas etiquetadas en riesgo y revela un crecimiento urbano que se desplaza hacia espacios cada vez menos aptos, agregó.

El director de Protección Civil Municipal enfatizó que los diagnósticos anuales por delegación muestran nuevas ocupaciones en cuencas o taludes, donde la construcción avanza con materiales ligeros o cimentaciones deficientes que responden a métodos adoptados socialmente durante décadas.

Advirtió que la población suele desconocer las condiciones del suelo o la historia de cada zona, por lo que la dependencia insiste en fomentar el uso habitual del Atlas de Riesgo para identificar áreas inestables antes de comprar o construir.

Lineamientos del PMDUT para enfrentar zonas vulnerables

La actualización del PMDUT presentada recientemente estableció que deben identificarse sectores con peligro natural o antropogénico para declararlos zonas de riesgo, con el fin de definir medidas que permitan mitigar afectaciones en escenarios de deslizamientos o inestabilidad.

Determinó que las áreas clasificadas como riesgo deben considerarse no urbanizables, a fin de detener la expansión habitacional sobre terrenos geológicamente vulnerables o con antecedentes de afectaciones recurrentes.

Incorporó también procesos participativos con comunidades asentadas en espacios inestables, lo que permitirá definir usos y destinos en zonas donde la vivienda enfrenta condiciones técnicas que limitan su permanencia.