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El Imparcial / Tijuana / La maguana

Mantuvo su buen humor hasta el fin

La explanada frente a la catedral Nuestra Señora de Guadalupe de la calle Segunda quedará en la memoria como el sitio en donde “La Maguana” fue vista por última vez, durmiendo sobre el pavimento.

Después de más de 40 años de anécdotas en su casa, la Zona Centro, y convertirse en uno de los personajes icónicos del lugar, María Luisa Castro Valenzuela murió en el asilo El Refugio, ubicado en El Jibarito, cubierta con una cobija blanca y con una almohada roja en forma de corazón en las manos.

El área médica de El Refugio fue su hogar durante sus últimas semanas de vida, al ser trasladada con anemia, una úlcera gástrica y pocas esperanzas de sobrevivir.

“Duró como un mes y diez días aquí, vino del hospital porque se puso muy enferma en la calle; como no tenía familia y el asilo se dedica a recibir personas que no tienen familia o en situación de calle, la trajeron para acá”, comentó Jesús Mondragón, director de la casa para ancianos El Refugio.

Pese a que los estragos en su cuerpo eran claros, con un semblante débil, piel pálida y delgadez que no le era usual, “La Maguana” mantuvo su buen humor.

“Contaba sus historias, la gente se reía y le aplaudían; sus últimos días estuvo muy contenta, siempre con la intención de regresar a las calles”, reveló.??

Sus males obligaron a “La Maguana” a mantenerse en cama en sus últimos días.

En El Refugio recibía al menos tres comidas al día y hasta papas y soda, sus botanas favoritas; dormía cálida en una cama con tres cobijas.

Sin embargo, dejó en claro que, tan pronto mejorara su salud, dejaría las comodidades para volver a las calles, para dormir en el piso y bailar para la gente.

“Ella platicaba pero como que no quería recordar muchas cosas, decía que, cuando sanara, iba a regresarse a su barrio; quería irse a la calle a bailar”, contó Mondragón.

El martes por la noche, “La Maguana” pidió una Coca Cola antes de dormir, la última que se tomaría, pidió su almohada en forma de corazón y durmió; ayer no despertó.

“Murió muy en paz, muy a gusto, sin retortijarse, sin agonizar; en la tarde hablé con ella todavía y a las seis de la mañana falleció, se quedó dormida”, añadió.

Por más de 40 años fue común ver a “La Maguana” en diferentes puntos de la Zona Centro, afuera de bares, con una botella de mezcal en la mano, insultando a algunos transeúntes y más recientemente durmiendo fuera de la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.

Las versiones de cómo María Luisa Castro Valenzuela se convirtió en “La Maguana” son muchas.

Una de las historias más conocidas indica que María Luisa era una de las bailarinas más famosas del Centro, la cual llenaba los bares en los que se presentaba y atraía visitantes del otro lado de la frontera.

José Hoyo, de 54 años, aseguró que fue vecino de “La Maguana” hace 46 años, cuando ambos vivían en la calle General Estrada, ahora llamada bulevar Fundadores, en la colonia Juárez. En ese entonces, recordó, “La Maguana” vivía con una tía.

“Era muy sensual, siempre estaba muy pegada con ella, me gustaba estar con ella; en su casa, en una ocasión, tenía botellas de soda, de Barrilitos, ella me enseñó a cortar las botellas con laso, con eso las cortaba, los lijábamos, era muy inteligente”, contó.

Hoyo aseguró que “La Maguana” cambió a raíz de que fue víctima de abuso sexual entre varios jóvenes en un lugar conocido como “El Cerro del Pastel”, ahora llamado Cumbres de Juárez; después de más de dos días de no saber de su paradero, bajó a la Zona Centro, desnuda.

“Se la llevaron entre varios muchachos, la drogaron hasta dejarla loca, la violaron entre varios, eso viene de boca de los que hicieron; ya desnuda, bajó ella al Centro de Tijuana, ya mal, ya no se pudo recuperar; la vieron, alguien le dio una cobija y es lo primero que usó”, explicó.

Dicho episodio cambió la personalidad de “La Maguana”, convirtiéndose en una persona agresiva, vagando por la Zona Centro.

“Ella no era así, era amable, siempre sonreía, bien alegre, consciente, le gustaba vacilar, a veces nos íbamos a dar la vuelta, le gustaba la cerveza, no era la muchacha que con cualquiera se iba, no era agresiva, era alegre”, aseguró.

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