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La izquierda se desdibuja en A.L.

“El verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquél que le reparte regalos, donaciones y beneficios. Plutarco

Ignacio  Calderón Tena

Con el triunfo del ultraderechista José Antonio Kast, en Chile, se van perfilando más los gobiernos de derecha en el cono sur del continente americano.

Efectivamente, dentro de la geopolítica encontramos ahora un creciente número de países que regresan a las filas de los gobiernos conservadores, como son los casos de Ecuador, Perú, El Salvador, Bolivia, Paraguay, Argentina y ahora Chile, mientras que Venezuela, Colombia, Brasil y Uruguay conservan sus tendencias socialistas, siendo que el año pasado, el mapa se teñía casi por completo de rojo.

En el caso de Chile, el candidato Kast había logrado solo un segundo lugar en las elecciones primarias, sin embargo, en la segunda vuelta electoral realizada este domingo pasado, logró unir a la mayoría de partidos no socialistas, con lo cual remontó la votación y lograr el triunfo.

Algunos analistas opinan que esta nueva derecha chilena, es una derecha a ultranza, con la figura de Pinochet como estandarte, lo cual podría ser peligroso para Chile, pues esa época se caracterizó por una serie de asesinatos en contra de los opositores al régimen militar

Es importante señalar que la izquierda en América Latina ha enfrentado una serie de desafíos que han llevado a los votantes a un giro hacia la derecha. Los problemas económicos, la inseguridad pública y la desafección ciudadana hacia los gobiernos socialistas han sido factores clave en este cambio. La falta de resultados efectivos

y la corrupción han atrapado a los gobiernos de izquierda, lo que ha permitido que los electores busquen alternativas que prometen seguridad, crecimiento económico y control migratorio. Este fenómeno se ha observado en varios países de la región, donde la derecha ha ganado terreno y ha sido apoyada por un electorado que se siente harto de la corrupción y la falta de resultados. Los abrazos no han sido suficientes para muchos electores que ven con tristeza como sus gobiernos no les garantizan el respeto al orden jurídico.

Recordemos esa famosa teoría del “Péndulo Político”, de la cual hablaba Daniel Cosío Villegas y que se refiere al constante vaivén entre ideologías políticas opuestas, especialmente entre la derecha y la izquierda. Este fenómeno se observa en las principales democracias donde el poder cambia de manos a través de los partidos políticos y donde los votantes se ven influenciados por diversos factores socioeconómicos, culturales y políticos.

En México, según Cosío Villegas, el péndulo político ha sido una constante en la evolución democrática del país, con alternancias entre partidos de derecha e izquierda que han moldeado la estructura social y económica del país.

América Latina, repite el mismo escenario de péndulos políticos que oscilan entre extremos, donde gobiernos que llegan prometiendo desmontar lo hecho por sus antecesores y otros que buscan reinstalarlo todo. En este contexto, la continuidad de las políticas públicas sufre, y la estabilidad macroeconómica ha sido, quizá, el acuerdo más sólido, sobreviviendo a alternancias políticas desde la década de los noventas.

Por lo pronto, en México estarán siendo evaluados por los próximos votantes, los costos y beneficios de las grandes obras y proyectos de la 4T. La historia juzgará estas acciones para saber si el péndulo regresa al otro extremo del escenario político.

Mientras tanto, muchos ciudadanos continuaremos expectantes con lo que ocurra en Venezuela para saber si ese país se suma a la derecha o continúa en manos de una eterna dictadura.

  • *- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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