La infraestructura eléctrica: Cimiento de la competitividad y desarrollo sostenible de México
“La verdadera riqueza de una nación está en sus recursos naturales, su gente y su capacidad de innovación” Adam Smith.

La reciente celebración de EnerBaja 2025 ha puesto de relieve una verdad incontrovertible para el futuro económico de México: una infraestructura eléctrica robusta, moderna
y sostenible es un activo estratégico indispensable. Este foro, el más importante del sector en el noroeste del país, sirvió como un espacio de convergencia para líderes empresariales, inversionistas y autoridades, donde se analizó cómo la transición energética, con la electromovilidad y la descarbonización como ejes, es el catalizador para una economía más competitiva y sustentable.
La competitividad de una nación está intrínsecamente ligada a la capacidad, confiabilidad y eficiencia de su sistema eléctrico. Reconociendo esto, el Gobierno Federal presentó el Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional 2025-2030, una estrategia integral que contempla una inversión histórica . Este plan, que busca agregar una nueva capacidad para 2030, no es solo un proyecto de ingeniería; es la base para atraer y retener inversiones. Una red eléctrica débil o intermitente es un lastre para la productividad, mientras que una infraestructura resiliente garantiza el suministro estable que requieren industrias clave como la automotriz, la minería o los centros de datos, cuyo consumo energético crece aceleradamente.
La sostenibilidad ha dejado de ser una aspiración altruista para convertirse en un pilar de la estrategia económica. EnerBaja 2025 dedicó espacios cruciales a temas como la eficiencia energética y la generación distribuida, reconocidos como motores para la descarbonización . México, con un potencial solar y eólico de clase mundial, tiene la oportunidad de transformar sus ventajas naturales en liderazgo regional. La meta de que las energías limpias constituyan el 45% de la matriz eléctrica para 2030 es un compromiso que alinea al país con las exigencias de los mercados internacionales, que valoran cada vez más las cadenas de suministro bajas en carbono. Migrar hacia fuentes renovables no solo reduce emisiones, sino que también protege a las empresas de la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles, ofreciendo estabilidad de costos a largo plazo a través de mecanismos como los Contratos de Compraventa de Energía (PPA).
El concepto de desarrollo sostenible se basa en la interdependencia de tres pilares: el económico, el social y el ambiental. La nueva infraestructura eléctrica debe ser el habilitador de este equilibrio. Por un lado, impulsa la economía al generar más de 100,000 empleos en el sector renovable y abaratar los costos operativos de la industria. Por otro, promueve la equidad social a través de proyectos de electrificación en comunidades remotas y la reducción de la pobreza energética. Eventos como EnerBaja son vitales porque fomentan la colaboración público-privada necesaria para diseñar e implementar estos proyectos con responsabilidad social, asegurando que las comunidades no solo sean receptoras, sino partícipes de la transición energética.
La apuesta de México por modernizar su infraestructura eléctrica, debatida y enriquecida en foros como EnerBaja 2025, es una apuesta por su futuro. Es la condición sine qua non para convertir el actual momento económico en un desarrollo industrial sostenible, resiliente y competitivo a largo plazo, que beneficie por igual a las empresas, a la sociedad y al medio ambiente.
- *- El autor es Presidente de Index Mexicali.
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