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Crímenes de guerra

Qué asombroso ver despertar el movimiento estudiantil.

Ricardo  Menéndez

Qué asombroso ver despertar el movimiento estudiantil. Desde los sesenta no había movimientos masivos y mundiales en el campus universitario. La causa en esta ocasión es Palestina, como en su momento lo fue Vietnam. En aquel entonces eran levantamientos de izquierda, y en los países socialistas de derecha. La rebelión juvenil existe desde que se aglomeraron centenas de jóvenes estudiantes en torno a movimientos intelectuales o sociales, cuando las universidades crecieron y se ejerció la libertad de cátedra. El modelo original quizá fue el que se vivió en 1968, tanto en París, como en México, a diferencia de entonces veo pocas posibilidades de que se expanda a sindicatos o empleados. Anticipo que será una burbuja que se romperá cuando cesen las muertes y pase lo agudo, sin exigir justicia y reparación, cuando el estrés postraumático, de ver en pantalla lo que hacen sus armas y dinero, pase. Algo así como las olas que produjo #MeToo y Black Lives Matter, así será Palestina. Mientras tanto no sabemos aún cual será el destino de unos dos millones de personas ciudadanas de Palestina, por lo pronto organizaciones serias reportan carencias fatales en el norte de Gaza, y bárbaras en el sur. La muerte en tiempo real de tantas mujeres y niños inocentes es lo que más conmueve; y tenemos el aviso de Israel que no se detendrá en el último reducto en Rafah, dejándolos oprimidos contra el muro de Egipto.

Seguramente saldrá en estos días una propuesta de migración masiva, aceptar migrantes sería lo humano, pero también sería ser socios de una expulsión. Se entiende por genocidio a la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, aplica a lo que sucede en Gaza, también crimen de guerra. Israel, como Rusia, están dispuestos a hacer un ataque nuclear si sienten amenazada la existencia de la nación que imaginan. Su fuerte respuesta de un instinto de supervivencia hace que sean capaces de lo que ya estamos viendo, tanto en Ucrania como en Gaza. En estos días se conmemoran los treinta años del genocidio en Ruanda, 800,000 personas masacradas en cien días, el mundo calló. Ahora mediante el internet somos testigos en tiempo real de una masacre, tardó meses para que estos valientes americanos respondieran, lo importante es que ya lo hicieron. Están obligando al mundo a tomar posiciones, aunque su intención es desligarse de la responsabilidad de ser socios del genocidio. En pocas semanas se tendrá que definir una pausa de bombardeo, pero el conflicto continúa. ¿Cuántos futuros militantes anti-Israel gestará esta guerra entre los sobrevivientes? Es inevitable la existencia de un conflicto regional, durante generaciones, en mucho dependerá del futuro del imperio americano, veremos.

*El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.

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