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Cunde el pánico

Los tambores de guerra suenan cada vez más fuertes, se habla mucho de una posible tercera guerra mundial.

Los tambores de guerra suenan cada vez más fuertes, se habla mucho de una posible tercera guerra mundial. Me sorprende la naturalidad con que algunos la exponen, parece que la desconfianza en el otro puede llevar a nacionalismos que con espíritu heroico lleve a más guerra. El terreno está volátil, y hay chispas en Europa y Medio Oriente. Parece que el punto más frágil está entre Rusia y la Comunidad Europea, teniendo tras bambalinas a Estados Unidos e Inglaterra. El presidente francés habla de una posible incursión con soldados en Ucrania, un gran atentado islámico en Moscú y la guerra entre Israel y Palestina tienen hoy en día las cosas frágiles, próximamente no sabemos qué dirección tomará. La mayoría anticipa que Trump será presidente, probablemente se pelee con la OTAN al mismo tiempo que negocie con Putin,

sería un posible fin de esa guerra. Pero en Palestina las cosas estarían peor, Trump es más aliado a Israel que Biden, que ya es decir. Sin embargo, mucha paz no nos puede ofrecer un presidente con balandronadas. Estamos entre lo malo y lo peor con el presidente vecino, su frontera sur, nosotros, será su campo de batalla. Tendremos estrés local y mundial. La delincuencia sin control es suficiente como para que nos sintamos asustados u horrorizados, una amenaza externa ocasionaría un extra de miedo que puede generar pánico. El pánico es un miedo extremo que gesta conductas irracionales, y es contagioso. Hay que temerle al pánico social, las masas asustadas crean caos, basta con ver a Haití. Cada país tiene su responsabilidad, la nuestra sigue siendo ante el desatado crimen organizado. Podemos sostener que en México padecemos de terrorismo, el uso sistemático del terror por parte del crimen organizado como medio de coacción a su banda rival y a la población circundante. He investigado y concluyo que no hay otro país con más individuos que aparecen descuartizados que México, escucho con interés otras apreciaciones. El uso del terror es la característica mayor de las bandas mexicanas, videos de escenas de máxima crueldad, mayor que en la guerra, mensajes bajo una cabeza, en fin, escenas de enorme inhumanidad en la vida cotidiana del país. No entramos en pánico hasta que nos toca, y hacemos bien. El pánico no ayuda, obnubila. Así debemos responder a las amenazas provenientes de conflictos entre terceros, no me gusta la idea de vivir con San Diego a la vista en un agarrón nuclear. Pánico hubo a mediados del siglo pasado y nuestros vecinos de California solían tener un refugio nuclear en sus casas. No me sorprendería, de seguir las cosas así, que reaparezcan los refugios de los privilegiados, así como aquí los ricos traen guardaespaldas. En casa, y en la del vecino, las cosas están feas.

*- El autor es siquiatra y ejerce en Tijuana.