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El cerebro y los sueños

En esta columna voy a intentar explicar científicamente el significado de los sueños.

En esta columna voy a intentar explicar científicamente el significado de los sueños. Tengo conocimientos tanto de psiquiatría como de psicoanálisis y antropología como para sentirme bien apoyado para responder a algo que intriga a la humanidad. Primero hablemos del hardware de las células encargadas de soñar. El cerebro no es el órgano humano con más células, más tiene la piel o el hígado, la diferencia es que las neuronas tienen una extremadamente compleja interrelación. Son una especie de pulpo que conecta con otro pulpo con cada tentáculo, resultando en la conexión entre sí de más de 100 mil millones de unidades, como el número de estrellas en nuestra galaxia, generando más de 100 billones de conexiones. Esta astral cantidad de conexiones se da en una cabeza, eso nos hace tan distintos uno de otro. Apenas nos estamos acercando con la introducción de cables más pequeños que un cabello para detectar cambios por medio de electrodos que reciben y emiten señales, cortesía de Musk, lo demás lo sabemos por el estudio del funcionamiento de las neuronas animales, a los humanos no les podemos sacar un pedazo para estudiarlo. Sin embargo, sabemos bastante sobre las regiones cerebrales y sus funciones, sobre los cambios químicos y eléctricos que se dan en las neuronas. Sabemos que cuando soñamos es porque estamos dormidos, fantasía se llama el soñar despierto. Cuando dormimos suficiente pasamos por varios reseteos de ciertas áreas y funciones de eliminación de memoria inútil. Podemos imaginar que el cerebro nos cuenta un cuento para que no nos despertemos, que la activación y limpieza de diversas áreas y funciones no despierten al durmiente y así poder tener unas 6, 7, 8 o 9 horas de sueño que permiten un reseteo cada dos horas mediante cuatro ciclos, culminando en el de los movimientos oculares rápidos, como esos que le vemos claramente a los perros. Sí, los ojos se mueven, y el cerebro está trabajando muy rápidamente, casi como cuando se está despierto y es en unos pocos minutos que se puede soñar, después el cerebro arma una historieta que une narrativamente los fragmentos, allí es cuando aparece lo más complejo. La gran pregunta es a qué corresponde el guion, una película distinta cada noche, a veces con temas repetidos y a veces pesadillezcos o muy eventualmente eróticos. Allí es donde el cerebro humano está atravesado por algo que tiene que ver con la interacción de cerebro a cerebro, el lenguaje. Algo que resulta ordenado para esta fase, no lo es para la consciencia. Es una alucinación dormido. El deseo y las experiencias del durmiente determinarán el escenario y el guion. Hay sueños para el Oscar, el sueño es el cine de la mente.