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Estamos reprobados en educación

“El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano.” Platón

La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la prueba PISA, (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes, por sus siglas en inglés), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Cabe hacer notar que los resultados arrojan un retroceso significativo de nuestros estudiantes, con una caída sin precedentes, pues en Matemáticas los alumnos cayeron 15 puntos y 10 puntos en Comprensión Lectora, en comparación con la edición anterior del 2018.

Estos resultados nos colocan en una posición similar a la que vivió en 2006. En Matemáticas, los resultados son similares a los obtenidos hace 20 años. Efectivamente, el desempeño de México en Matemáticas y en Comprensión Lectora nos coloca como el tercer país con los peores resultados de la OCDE, mientras que en Ciencia, México es el país con los peores resultados.

En términos globales, la prueba PISA coloca a México en el lugar 35 entre los 37 países miembros de la OCDE que fueron evaluados, lo cual nos hace pensar que algo estamos haciendo mal en el rubro de educación, a pesar de que el presidente López Obrador opine que “nosotros no los tomamos en cuenta …..Porque todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo, del predominio del periodo neoliberal, en donde lo que querían era impulsar supuestamente la calidad de la enseñanza, la excelencia y desaparecer la educación pública, degradándola”.

Según Gabriela Ramos, Directora de Gabinete y Sherpa de la OCDE, México no obtiene mejores resultados en la prueba PISA porque el Sistema Educativo no está enfocado en recompensar el mérito de alumnos y docentes, pese a que se está invirtiendo por alumno 27 mil 848 dólares entre los seis y 15 años, y que los maestros mexicanos están bien pagados.

Aunado a esto está el tema sindical que no permite respirar al sistema y que buena parte de los recursos que se destinan son para cubrir salarios y no para programas educativos de avanzada. Se dice que en los sistemas de educación de América Latina se gasta casi tanto como la media de los países de la OCDE, donde algunos invierten hasta el 6% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras producen resultados deslucidos.

El estudio menciona también que en México, los alumnos con recursos más limitados tienen cerca de tres veces menos probabilidades de alcanzar el nivel mínimo establecido por la OCDE que otros de condición socioeconómica más favorable.

Una de las conclusiones de este estudio apunta a la necesidad de promover más la participación de los padres de familia y de las comunidades locales en la búsqueda de mayores recursos económicos para sus regiones. Mientras más nos involucremos en la educación, mejores resultados tendremos.

Qué triste que mientras la mayoría de los países miembros de la OCDE, analizan los resultados obtenidos por sus estudiantes y establecen cambios en sus modelos educativos, en México, su presidente se resiste a ver los pésimos resultados de su reforma educativa y descalifica a estos organismos mundiales por ser “neoliberales”.

Si queremos ser un país de primer mundo, debemos tener una educación de primer mundo.