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Baches con el corazón por delante

Soy un promotor turístico y cuando levanto la voz por las cosas que pasan en la actividad es con el afán de que se corrijan, que alguien tome conciencia de la omisión de alguna acción o que se ponga las pilas para hacer algo. No hay más.

Soy un promotor turístico y cuando levanto la voz por las cosas que pasan en la actividad es con el afán de que se corrijan, que alguien tome conciencia de la omisión de alguna acción o que se ponga las pilas para hacer algo. No hay más.

Viene al cuento mi perorata porque voy a quejarme, de nuevo, por el desastre en el que el Gobierno del Estado tiene en el abandono al Valle de Guadalupe y otras áreas de impacto a la actividad turística. Tan buen trabajo de posicionamiento, promoción y regulación que se hace en la Secretaría del ramo para que se eche a perder todo por no atender los temas básicos de infraestructura.

El sábado tuve la mala fortuna de llevar un grupo por la carretera que va de El Tigre hacia el Ejido El Porvenir en el corazón de la Ruta del Vino. ¡Qué cochinero! ¡Qué descuido gubernamental tan grande! ¡Qué abandono! En una distancia de menos de 10 km conté 254 baches ¡254!

¿Qué pasa por la cabeza de la Gobernadora, de su Secretario de Infraestructura, de su cuerpo de asesores como para cruzarse brazos y por segundo año consecutivo no preveer las acciones para resolver un problema que no es nuevo?

Ya ni hay que lamentarse que el año anterior anunciaron una obra de $10 millones de pesos que nunca empezó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes federal (o como se llame ahora).

Este año anunciaron un programa de bacheo -que de poco servirá ante una carretera destrozada y que requiere reconstrucción total- que no vemos en el área más crítica y las tradicionales fiestas de la vendimia inician esta semana y los visitantes corren un peligro monumental.

No entiendo cómo los hoteleros, los restauranteros, los servidores turísticos en general que operan en la zona, los organismos empresariales están tan callados en el tema o no están presionando como se esperaría.

Es una pésima imagen para nuestra región el gastar tanto en traer grupos, convenciones, viajes de incentivos y turistas para enfrentarlos a esa deficiente y putrefacta “infraestructura”. No se vale. Alguien no está haciendo su trabajo y/o las prioridades de este gobierno están en el lugar equivocado.

Ya he hablado antes de las porquerías de entradas vehiculares, peatonales y por centrales de avión o de autobuses a las ciudades que tenemos, llenas de maleza, basura, grafiteadas, sin señalización como para todavía tener que sufrir deficiencias en estas cosas básicas y que implican seguridad para nuestro turismo carretero.

Ahí tenemos acumulados otras necesidades en las entradas de la carretera de cuota a Ensenada hacia Puerto Nuevo, a Cantamar o La Misión, auténticos paisajes lunares con sus cráteres sobrenaturales, sin iluminación, sin limpieza, sin letreros, en resumen, tres muladares adicionales.

Y como las desgracias nunca llegan solas, ¡éramos muchos y parió la abuela!: se cayó la caseta de El Hongo rumbo a Mexicali y aquello es un caos en el que nadie está aplicando el sentido común de hacer un terraplén para darle continuidad a la carretera de cuota. No. Andamos desviando la circulación por la carretera libre y aquello es un caos de una hora adicional al trayecto “normal”.

Me queda claro que no todo es responsabilidad directa del Gobierno del Estado, pero tanto promueven la excelente relación con el Gobierno Federal que ¡tampoco se nota!: Un urgente llamado de atención para la Gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y todo su equipo de infraestructura y desarrollo, con todo respeto, pero también con toda firmeza.

*El autor es empresario, turistólogo y un enamorado de su ciudad

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