Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Tijuana

El aborto es un crimen

El nacimiento humano es un gran misterio de la vida.

El nacimiento humano es un gran misterio de la vida. La sucesión de hechos para que una vida aparezca es asombrosa. Nace un ser nuevo, irrepetible, cuya asimilación y entendimiento de la experiencia de la vida no será jamás duplicado. Toda formación cultural, el entendimiento y creencias sobre el mundo, no podría replicarse o transformarse, sin el nacimiento de los nuevos seres humanos.

Por ser una preservación de la especie y de la cultura en todas las sociedades, el nacimiento es un arquetipo en sí mismo, un acontecimiento, el más importante. Por ejemplo, en el mundo azteca se sabía que este momento era imprescindible en la formación de la personalidad del bebé, y por lo tanto también en la conformación de la sociedad.

Los aztecas tenían en suma veneración a las mujeres embarazadas. Para distinguirlas de las demás, estas se ponían una cinta negra alrededor del vientre y tenían que ser respetadas. De ahí viene en parte el dicho de “estar en cinta”. El motivo es que “en el embarazo es la única ocasión en que dos almas se encuentran en un mismo cuerpo”. Mas bello concepto no puede existir tratándose de este tema.

Los aztecas decían: “Cuando nacen los guerreros, no vienen a este mundo al igual que los demás mortales. Desde el momento de su concepción, la guerra se hace presente a tra

vés de las palabras de su madre y los relatos de su padre, sus armas esperan ya en los campos de batalla y una nación completa espera el merecimiento de sus heroicas proezas”. Creo que nunca se imaginaron que muchos años después, iba a ver gente que quisiera ganarles a la mala a esos guerreros en gestación, asesinándolos antes de que puedan defenderse.

Los mayas pensaban que “El momento del parto era un combate de un niño que proviene del cielo y lucha para introducirse en su seno, para que, de este modo, se produzca el nacimiento de una nueva vida, exactamente igual a como en la tierra muere el grano de maíz para que la planta nazca”.

Según la cosmovisión mexica, los bebés vienen del decimotercer cielo, que es el más alto de todos. Es allí donde se encuentran las almas que poblarán el mundo, esperando a que los dioses decidan enviarlos. Por cierto, en esa misma filosofía, el padre toma parte activa, como un mensaje conciso de que el advenimiento de un niño al mundo es de una coparticipación imprescindible de padre-madre, no como quieren modificar antinaturalmente ahora, inventando que, para crear a seres saludables, con dos hombres o dos mujeres basta.

En fin, tratándose del aborto, si la gente que quiere destazar a un feto el día de hoy, lo respeta; este crecerá, nacerá y será un Ser Humano. Pueden verse muchas maneras de controlar embarazos y abortos a través de la salud pública, no de asesinatos legales. Si las mujeres no quieren ir a la cárcel, que no vayan, pero que no maten.

*El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y Coordinador de Tijuana en Movimiento.

En esta nota