Quirón: el pequeño ‘centauro’ que revela el nacimiento de un sistema de anillos
Por primera vez, los astrónomos observan en tiempo real cómo se forman anillos alrededor de un cuerpo menor del Sistema Solar.

Durante mucho tiempo, los anillos fueron considerados una característica exclusiva de los grandes planetas como Saturno, Júpiter o Urano. Sin embargo, el descubrimiento de estructuras similares alrededor de cuerpos menores ha transformado esa visión. Uno de los casos más fascinantes es el de Quirón, un objeto celeste situado entre Saturno y Urano que actualmente está mostrando a los astrónomos algo sin precedentes: la formación de anillos en tiempo real.
Quirón es lo que se conoce como un centauro, una categoría de objetos del Sistema Solar que combina las propiedades de los asteroides y los cometas. Está compuesto por roca, hielo y materiales orgánicos, mide alrededor de 200 kilómetros de diámetro y posee una órbita inestable que lo lleva por las regiones exteriores del Sistema Solar. A veces se comporta como un cometa, expulsando gas y polvo, lo que sugiere una actividad interna más compleja de lo que se pensaba para objetos de su tamaño.

El hallazgo de sus anillos fue posible gracias a una técnica conocida como ocultación estelar, que consiste en observar cómo la luz de una estrella distante disminuye cuando un objeto pasa frente a ella. En septiembre de 2023, una red de 31 observatorios en Sudamérica logró captar una de estas ocultaciones, revelando una estructura de anillos múltiples y un disco de polvo alrededor de Quirón.
Los datos mostraron un sistema compuesto por tres anillos principales situados entre 273 y 438 kilómetros del centro del objeto, un disco difuso que se extiende hasta los 800 kilómetros, y un anillo exterior débil a más de 1,300 kilómetros. Pero lo más sorprendente es que este sistema está evolucionando rápidamente: comparaciones con observaciones anteriores indican que el disco de polvo se formó recientemente, posiblemente tras una erupción de material ocurrida en 2021, cuando Quirón aumentó su brillo como un cometa activo.
Para los científicos, este fenómeno representa una oportunidad única. Por primera vez, pueden observar el nacimiento y la evolución de un sistema de anillos casi en tiempo real, un proceso que normalmente tomaría millones de años. Además, Quirón funciona como un laboratorio natural para estudiar las condiciones que permiten que los anillos se formen y mantengan estables en el entorno helado del sistema solar exterior.
El estudio de Quirón también podría llenar un vacío en el conocimiento astronómico: el de cómo se pasa de una nube de polvo y escombros a un sistema de anillos completamente desarrollado, como el de Saturno. En ese sentido, los astrónomos lo consideran un posible “eslabón perdido” en la evolución de estos sistemas.
En conclusión, este pequeño cuerpo helado está cambiando nuestra comprensión del cosmos. Quirón demuestra que incluso los objetos más modestos pueden ser escenarios de procesos dinámicos y creativos. Su evolución sugiere que los anillos pueden ser mucho más comunes de lo que se pensaba, y que quizás hay cientos de sistemas similares esperando ser descubiertos más allá de los límites conocidos del Sistema Solar.
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Con información de Science Alert, Space, OPScience, The Times of India y New Scientist.
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