“Puntitos rojos” observados por telescopio James Webb son galaxias primitivas llenas de polvo
Un equipo internacional de astrofísicos ha descubierto que los misteriosos “puntitos rojos” observados por el telescopio espacial James Webb son galaxias del Universo temprano
Un equipo internacional de astrofísicos ha descubierto que los misteriosos “puntitos rojos” observados por el telescopio espacial James Webb son galaxias del Universo temprano, las cuales son excelentes fábricas de polvo, material que con el tiempo se fusionará para formar planetas.
El hallazgo, liderado por el Centro de Astrobiología (CAB), CSIC-INTA de Madrid y publicado este martes en la revista The Astrophysical Journal, ha sido posible gracias al MIRI, el único instrumento del telescopio espacial que trabaja en el infrarrojo medio. Esto le permite observar objetos fríos, muy lejanos -como las primeras galaxias-, y aquellos ocultos detrás de polvo.
En los tres primeros años de operaciones científicas, el Webb -una colaboración internacional entre la ESA, la NASA y la Agencia Espacial Canadiense- descubrió los llamados Little Red Dots (LRD) o pequeños puntos rojos, conocidos en español como “puntitos rojos”.
Gracias a los nuevos datos tomados por MIRI, los científicos han descubierto que estos puntitos rojos son las fábricas de polvo más eficientes en el Universo temprano. Este polvo es muy distinto del que vemos en las galaxias cercanas y está a una temperatura mucho más alta, indicando una fuente de calentamiento muy energética como estrellas muy jóvenes y masivas o agujeros negros supermasivos.
“Los puntitos rojos son muy numerosos en el Universo joven, cuando solo tenía el 5% de su edad actual, y son muy rojos pero también bastante azules al mismo tiempo, dependiendo del rango espectral en el que se miren. Esto suena paradójico, y de hecho no es común, no conocíamos objetos como estos antes de que James Webb los descubriera”, explicó Pablo G. Pérez-González, investigador del CAB y primer autor del artículo.
Grandes cantidades de polvo En este estudio, MIRI ha demostrado que los puntitos rojos contienen grandes cantidades de polvo en forma de pequeños granos que contienen carbono. Este polvo está bastante caliente, no como el polvo que vemos en las galaxias cercanas, que tiene temperaturas en torno a los -250 ºC.
“Las partículas de polvo en los puntitos rojos presentan temperaturas al menos tan altas como las de nuestros hornos, y pueden alcanzar temperaturas similares a la lava de un volcán, solo un poco menores de lo que se necesita para destruir esos granos de polvo”, detalló Pérez-González.
“Estas altas temperaturas se pueden alcanzar si el polvo se calienta por la enorme cantidad de energía que los agujeros negros supermasivos inyectan en su entorno, a medida que acumulan material y se convierten en lo que se conoce como núcleo galáctico activo (AGN)”, aclaró Jianwei Lyu, profesor asistente de investigación de la Universidad de Arizona y coautor del estudio.
El equipo cree que el origen del polvo y la fuente de calentamiento se deben a la presencia de una gran cantidad de estrellas muy jóvenes y azules, lo que explica también los reflejos azules de los puntitos rojos.
“Estas estrellas son cientos de veces más masivas que nuestro Sol y tienen vidas muy cortas, apenas unos pocos millones de años en lugar de los 4.500 millones de años que nuestro Sol ha existido y los 4.500 millones de años que aún vivirá. Estas estrellas recién formadas pueden producir enormes cantidades de polvo”, según Pérez-González.
A la vista de estos datos, el equipo cree que probablemente estemos presenciando el primer gran evento de formación estelar de algunas de las galaxias más jóvenes conocidas.
“Ahora sabemos que el polvo se produjo en grandes cantidades en el Universo temprano, y eventualmente se fusionará para formar planetas, y probablemente vida en ellos”, concluyó Pérez-González.
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