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Pandemia de Covid-19 le arrebató seres queridos, pero lo enriqueció como persona y médico

Alejandro Mares perdió a su padre y abuelo durante la pandemia de Covid-19, pero también se enriqueció como persona y médico.

HERMOSILLO, Sonora.- Para Alejandro González Mares la pandemia significó un cúmulo de emociones que jamás imaginó sentir; la enfermedad le arrebató a su padre, a su abuelo, a colegas, su tranquilidad en ocasiones, y casi su propia vida, pero también le dejó una mayor experiencia y fortaleza profesional como persona y como médico.

"Recuerdo puntualmente que fue el día 07 de enero cuando recibí la primera noticia del brote que hubo en China; me llamó mucho la atención porque tenía características similares al Sars, otro coronavirus conocido en el 2003", recordó el médico infectólogo.

"Desde ahí empecé a darle seguimiento a la información. Luego supimos que China estuvo muy preocupado, que abrieron en tiempo récord un hospital, y había llegado el virus al Aeropuerto de Shanghái, fue entonces que me di cuenta de que ya no se iba a detener", manifestó.

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Posibilidad de pandemia fue visible desde el inicio

A pesar de que la posibilidad de una pandemia era visible, pues el virus mostraba ser altamente contagioso, en ese momento González Mares no se imaginaba los alcances que podría tener en el mundo, ni cómo podría afectar a Sonora.

Fue hasta que tuvo un encuentro cercano con lo que él pensó que era el Sars Cov2, que la realidad del peligro y la complejidad de lo que significaría esta pandemia se hizo presente en su mente.

"A finales del mes de enero del 2020 yo recibí aquí en el consultorio a una persona que venía del aeropuerto de Shanghái; él es oriundo de aquí de Hermosillo, pero tiene muchos años residiendo allá, y venía con una mujer china para conocer San Carlos", contó.

"Cuando estaban en París comenzaron con fiebre los dos, en la Ciudad de México me contactaron y se vinieron directo al consultorio; ese día cerramos el lugar, hicimos un cerco epidemiológico, y recuerdo que llegaron a las cuatro de la tarde y nos fuimos de aquí hasta las diez de la noche, cuando se pudieron tomar las muestras para mandarlas a Ciudad de México", relató.

Síntomas resultaron en falsa alarma de Covid

El también pediatra describe esa sensación como verdaderamente terrorífica, pues aunque tenía noción de lo que debía hacer, nunca había pasado por una situación similar antes.

"Me comuniqué a la Secretaría de Salud ese día y vino un epidemiólogo para apoyarnos a mandar las muestras a Ciudad de México; afortunadamente resultaron ser positivos a influenza tipo B", dijo.

"Recuerdo que sí fue algo que nos aterró, pues a pesar de que sabíamos los cuidados que debíamos tener, no portábamos el equipo de protección personal adecuado, como es el uso de mascarillas, guantes, goggles, un traje especial desechable y todo lo que ya sabemos", expuso.

Inicio de la pandemia de Covid-19 en Sonora

Fue el 16 de marzo del 2020 cuando se identificó el primer caso positivo de Covid-19 en Sonora, para entonces los médicos ya conocían la enfermedad, por lo que se veía en los medios y literatura médica.

González Mares recuerda que al ver cómo estaba la situación en países europeos como Francia, Italia o España, y después en Estados Unidos, el panorama para Hermosillo no lucía muy alentador.

Desafortunadamente todos esos miedos se hicieron realidad durante la primera ola del virus, la cual el médico describe únicamente como "devastadora".

"La verdad son muchos los momentos donde sentí que no podía más, que me quebraba, que mi cuerpo no tenía fuerza; no sé cuál podría ser el momento más impactante de esa primera oleada, porque no tengo uno, son muchos", expresó.

"Hubo desabasto general de medicamento, de insumos comunes como termómetros, guantes, cubrebocas, todo estaba agotando; tuvimos la lamentable perdida de colegas de enfermería, de medicina, de personal de mantenimiento, limpieza, cocina, personal de camilleros, nomás veíamos que perecían y eso afectaba mucho mi salud emocional como médico", aceptó.

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Desgaste físico y emocional se hizo presente

Las jornadas de trabajo del infectólogo en ese periodo solían empezar a las 5:00 horas y terminar en la madrugada del día siguiente; incluso recuerda haberse dormido en varias ocasiones en semáforos debido al cansancio que tenía.

Para González Mares el desgaste emocional era tanto, que a veces poder sonreír a su esposa e hija le costaba trabajo, aun así siempre se esforzó para mostrarse positivo ante ellas, y darles la tranquilidad que ni él tenía.

"También ellas sufrieron la pandemia con mucho estrés, con mucho miedo", admitió, "yo trataba de mostrarme lo más optimista posible, entraba a casa y les platicaba que pacientes salieron adelante, que íbamos a ganar la batalla, y aunque me escuchaban siento que en el fondo ellas sabían que también para mí era muy duro".

"Afortunadamente, siempre tuve mucho el apoyo, amor y cariño de ellas y hasta la fecha seguimos así, han sido sin duda mi fortaleza en todo este camino", aseguró.

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Covid-19 le arrebató a su padre y a su abuelo

Fue en enero del 2021, durante la segunda ola de Covid-19, cuando González Mares se infectó por primera vez del virus.

A pesar de que ya conocía sus alcances, admite haber sentido cierto temor de morir al saberse contagiado, pero lo más difícil para él no fueron sus síntomas, sino la impotencia de no poder ayudar a su padre y abuelo, quienes junto a él cursaban con la enfermedad y no pudieron ganar la batalla.

"En la segunda oleada yo perdí a mi abuelo, que no me tocó verlo porque él vive fuera y en ese momento yo estaba contagiado, y casi al mismo tiempo viví la pérdida de mi papá también", relató.

Durante mi contagio sí paso por mi cabeza que podría fallecer, pero estaba más preocupado por las personas que yo quiero, por ver a mi esposa y a mi hija bien; por mi papá, mi hermano, eso era lo que más me preocupaba, más que mi vida misma", indicó.

El Covid-19 causó en Alejandro una neumonía severa; inflamación de corazón y requirió el apoyo de oxígeno, pero nada de eso fue importante, pues por un lado sufría el duelo de sus familiares, y por otro, estaba alegre de que su esposa e hija no tuvieron síntomas mayores durante el contagio.

Llegada de vacunas de Covid era una luz al final del túnel

Después de un año de tantas situaciones difíciles, de tantas perdidas, y de tanto dolor, la llegada de las vacunas representaba una luz al final del túnel para González Mares, y muchos de sus compañeros.

Aún así, al ser un fármaco que tenía tan poca investigación, y del cual no se conocía nada al respecto, había cierta incredulidad de cuanta eficacia podría tener.

Fue hasta que la vieron en funcionamiento que la esperanza resurgió verdaderamente en la mente del médico.

"La primera chispa de esperanza fue cuando atendí a la primera persona que ya había recibido vacuna y que estaba infectado de covid; una persona de 65 años, fumador, con alcoholismo y que tenía una dosis de la vacuna de AstraZeneca en ese entonces", recordó.

"A pesar de que tuvo una neumonía muy importante, su evolución y mejoría fue muy rápida, y ahí fue donde yo me sentí esperanzado; fue cuando me dije a mi mismo que esto iba a cambiar todo el escenario, que la vacuna nos iba a proteger en realidad y que había una salida", describió.

A dos años de la pandemia, González Mares cree que el virus pronto entrará en periodo de endemia y las cosas poco a poco comenzarán a volver a la normalidad.

Recordó que eso no es motivo para dejar de cuidarse, pues el Covid-19 llegó para quedarse, y la posibilidad de que existan nuevas variantes y otras olas sigue latente, mientras el total de la población no esté vacunada.

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