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El Imparcial / Sonora / Universidad de Sonora

Evaluación múltiple y consenso, antes de reformar Ley 4: Ex rector Pedro Ortega Romero

Cualquier cambio a la ley orgánica de la Unison debe atravesar primero un proceso de análisis profundo, afirma el ex rector Pedro Ortega Romero.

SÉPTIMA PARTE

HERMOSILLO, Sonora.-Evaluar y socializar son los principales aspectos que deben tomarse en cuenta ante la posible reforma a la ley orgánica de la Universidad de Sonora (Unison), señaló el ex rector Pedro Ortega Romero.

Desde hace unos años se ha manifestado la posibilidad de reformar la Ley 4 de la Unison, pero según el ex rector, cualquier cambio que se plantee debe ser consultado con diversos sectores de la sociedad y de la universidad.

Desde la creación de la institución -a principios de los años 40-, se han tenido cinco leyes orgánicas; la Ley 4 lleva vigente 31 años y, aunque hay aspectos del entorno que han cambiado, se debe evaluar qué ha funcionado y qué no en estas tres décadas.

Si yo quiero cambiar algo necesito evaluar lo actual; si necesito cambiar o reformar la ley debería evaluar cuáles son las fortalezas, cuáles son las debilidades de la actual ley, qué sí ha funcionado o no”, expresó.

Y para ello se requiere de una evaluación profunda en la que participen diversos actores, desde los miembros de la comunidad universitaria -como estudiantes, personal académico, órganos colegiados y autoridades-; el Gobierno estatal y legisladores, hasta la sociedad en general.

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Se requiere del consenso de toda la comunidad universitaria, incluyendo también a la Junta Universitaria, la rectoría y otros actores que, a lo largo de más de 80 años, han trabajado para que la Universidad sea el patrimonio cultural más importante del Estado, señaló.

“La Unison se debe no sólo a la gente universitaria, sino a la sociedad, es un proyecto que nació a principios de los años 40 con la visión de un grupo de sonorenses que tuvieron a bien apoyar a una institución, y ahora es el patrimonio cultural, científico y académico más importante de Sonora”, indicó.

Es por ello que el ex rector mencionó que antes de pensar en cambiar la ley orgánica, se debe hacer una evaluación y análisis profundo de qué ha funcionado y qué no de la ley actual, una presentación de las distintas propuestas que se han mencionado, pero sobre todo que haya un involucramiento de toda la sociedad.

“Cambiar su Ley Orgánica es cambiar toda una normatividad vigente, tendríamos que evaluar primero la Ley 4, un diagnóstico, un análisis, para poder definir un proyecto de ley o un proyecto de reforma”, resaltó.

CONSULTA EN LÍNEA

El año pasado se realizó una consulta entre el personal académico, en la cual el propio ex rector participó dejando sus comentarios en formato en línea, pero hasta el momento no se han hecho públicos estos resultados.

“Hubo una consulta por parte de las autoridades universitarias, en la cual se participó, pero desconozco si esto se vio en órganos colegiados. El año pasado la organizaron, la condensaron… fue en línea, pero yo creo que se podría socializar más cualquier iniciativa, sobre todo en órganos colegiados”, dijo.

Hasta el momento, no se ha informado sobre los resultados obtenidos ni a quiénes se consultó.

PARA CONSOLIDAR LA UNISON

El ex rector confía en que cualquier iniciativa que se haga será con el fin de que la Universidad se consolide más, sobre todo en el aspecto académico, pues actualmente la institución tiene sus programas evaluados por organismos nacionales e internacionales. Además, se ha fortalecido en el aspecto financiero, formativo, de difusión y vinculación.

Pero dar continuidad a ese trabajo se requiere analizar y conocer todas las aristas y propuestas, así como los potenciales beneficios de cambiar la ley orgánica.

Ortega Romero mencionó que, si bien hay muchos aspectos de la Unison que mejoraron con la implementación de la Ley 4 -como la distribución de departamentos y divisiones por áreas de conocimiento y la formación y acreditación de los programas académicos-, también hay aspectos a mejorar.

Es conocido que la Máxima Casa de Estudios requiere de mayores recursos, agregó, para potenciar más y mejores programas y continúe como una de las mejores universidades del País.

Todo es perfectible, recalcó Ortega Romero, por lo que de ser necesaria una reforma a la ley orgánica, se debe evaluar qué está funcionado y qué es lo que no está rindiendo los mejores resultados.

A MEJORAR

Sí hay aspectos a evaluar y mejorar, reconoció, como crear una mejor vinculación con la sociedad y tener una mayor interacción con la comunidad, pero cuestionó que para ello sea necesario reformar toda una ley orgánica.

Para determinarlo se deben socializar las propuestas, pues hasta el momento, dijo, no hay un anteproyecto que se haya dado a conocer de forma pública a la comunidad universitaria y sociedad civil.

“La universidad ahorita no es un problema, es un orgullo, de enorme satisfacción para la sociedad sonorense, que necesita acciones en ciertos aspectos como toda organización privada o pública, medidas correctivas… pues hagámosla, pero que sea producto del consenso y de la valoración de la comunidad universitaria”, aseveró.

FORMAR CIUDADANOS

El proyecto de la actual Ley 4 nació luego del análisis de diversas leyes orgánicas en distintas universidades del País hace más de 30 años, explicó, por lo que no fue un proceso improvisado y requirió de una revisión minuciosa de los modelos de otras instituciones, como el de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

“El modelo que se tomó, con sus acciones correctivas y tropicalizadas, para la Universidad de Sonora fue el de la UAM, en la cual sigue vigente el mismo modelo, es el modelo departamental y divisional que tiene la Universidad de Sonora”, recordó.

“Se le dio rumbo, una claridad para su trabajo académico a través de dos premisas: Los procesos de evaluación, y los procesos de planeación. Ese binomio ha jugado un papel preponderante en el desarrollo de la universidad”, añadió.

Para el ex rector Ortega Romero, es fundamental tomar en cuenta la opinión y participación de todos, pues “la universidad no es una isla” y su misión es capacitar buenos profesionistas, pero principalmente “formar muy buenos ciudadanos”.

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