Sigue estos consejos para mejorar la calidad del sueño
Quienes no tienen un sueño reparador padecen somnolencia, cansancio e irritabilidad. El sueño debe ser continuo e ininterrumpido para favorecer un descanso adecuado.
Dormir en oscuridad total y no utilizar dispositivos tecnológicos las horas previas son algunos consejos que podemos seguir para mejorar la calidad de nuestro sueño.
Aunque la hora de irnos a dormir y el tiempo que dedicamos al descanso varía según la persona, lo más habitual es que para lograr un sueño reparador destinemos entre siete y nueve horas diarias al descanso.
Sin embargo, la calidad del sueño de los españoles está lejos de ser la adecuada para lograr su mejor descanso pues el 30% duerme entre cuatro y seis horas al día, según un estudio de Philips en colaboración con la Fundación Española del Corazón, indica Informe21.
No tener un sueño reparador genera un impacto inmediato en nuestra vida pues “al día siguiente, quienes se despiertan varias veces por la noche o duermen menos horas generalmente tienen somnolencia, cansancio e irritabilidad.
Para disfrutar de un buen descanso es recomendable seguir algunas de las siguientes pautas y consejos que no siempre realizamos:
Dormir a oscuras
El ambiente en el que dormimos es clave a la hora de tener un buen descanso. En este sentido, que la habitación esté a oscuras favorece un sueño de calidad. De hecho, cuanta más oscuridad tengamos, mejor, pues si hay luz el cerebro interpreta que aún no es momento de dormir y no empezará a segregar melatonina, que es la hormona del sueño.
En caso de que nuestra habitación no nos permita tener oscuridad total, utilicemos un antifaz. De esta manera evitaremos también los ‘microdespertares’ que se producen cuando hay luz, y que nos llevan a tener un sueño ligero.
No utilizar dispositivos electrónicos en las horas previas a dormir
La exposición a la luz producida por estos aparatos dificulta la relajación del cuerpo, retrasando el sueño.
Hoy en día, muchos se llevan el Smartphone o la Tablet a la cama para consultar o navegar antes de dormir. Una rutina que afecta negativamente a la calidad del sueño ya que provoca ‘insomnio tecnológico’.
Evita las comidas pesadas y los alimentos ricos en proteínas cerca de la hora de dormir
Lo que comemos influye, más de lo que pensamos, en nuestro sueño. Si tomamos cenas pesadas, haremos una digestión con dificultades.
Por el contrario, si cenamos ligero, dormiremos mejor. Para ello debemos evitar cenar, entre otras cosas, alimentos fritos, ricos en proteínas y grasas saturadas.
Tu dormitorio a no más de 21 grados
A la hora de dormir hay que tener en cuenta que por la noche baja nuestra temperatura corporal por lo que hay que intentar que la habitación se encuentre entre los 18 y los 21 grados. Este rango ayuda a tener un sueño más profundo ya que ni sudamos ni pasamos frío, lo que favorece la relajación.
Las rutinas favorecen el
Acostarnos y levantarnos a la misma hora permite adaptar nuestro reloj biológico a la vida diaria. Si repetimos esta rutina horaria, nuestro cuerpo se acostumbrará y será más fácil conciliar el sueño y descansar de manera ininterrumpida.
Otro elemento que se debe tener en cuenta a la hora de dormir es el colchón en el que descansa nuestro cuerpo. En este sentido, lo más recomendable es un colchón que no sea ni muy firme ni muy blando, para evitar dolores de espalda y facilitar el descanso.
Por último, si buscamos un apoyo extra para conciliar el sueño, lo más recomendable es practicar algún deporte. De esta manera el cansancio producido por la actividad física, nos ayudará a dormir, además, de sentirnos mejor y mejorar nuestra salud.
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