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El Imparcial / Hermosillo / Historias de vida

Su hijo la impulsa a buscar cómo ayudar a otros

Isaac nació con microtia, su mamá es pediatra y se enfrentó a muchos retos; ahora busca a otros niños como su hijo.

HERMOSILLO, Sonora.- Con sólo un año Isaac puso el mundo de sus padres de cabeza, los ha hecho enfrentarse a miedos que no conocían, a reconocer sus vulnerabilidades como personas y profesionistas, pero sobre todo, les ha dado la oportunidad de sentir el amor más grande y maravilloso, el amor por su hijo.

Soledad Chávez Sánchez, quien es pediatra y ahora madre de Isaac, quedó embarazada del pequeño en el 2020; en ese momento empezó un seguimiento normal de su embarazo sin tener mayores complicaciones.

Debido a que había tenido pérdidas gestacionales antes, la esperanza de que todo saliera bien con este cuarto embarazo era para ella una ilusión enorme.

El día del parto, contó, uno de los momentos más maravillosos que ha vivido en su vida, pues aunque había estado en decenas de partos antes, el nervio que sintió fue como el de cualquier otra madre que recibe a su hijo.

La sensación de tenerlo fue tan maravillosa que solo vio perfección total en ese bebé que ahora tenía entre sus brazos, no siendo hasta minutos después que se dio cuenta de que no todo había salido como esperaba.

Como la mayoría de las familias, no nos dimos cuenta en los ultrasonidos que Isaac tenía microtia; él tuvo sus ultrasonidos estructurales, siempre son muy recomendables, pero en estos no se checan las orejitas, o los niños están en cierta posición en la cual no es posible verlas”, explicó. “Isaac nace, me lo pasan, yo lo cargo y luego le ponen el gorrito para que no se le enfríen las orejas, no veo sus orejitas; se lo pasan a mi esposo, lo acuestan en la cunita de calor radiante para pesarlo, medirlo y todo, él le quita el gorrito y se da cuenta”, recordó.

¿QUÉ ES LA MICROTIA?

La microtia se considera como una malformación estructural mayor, donde una o ambas orejitas del bebé no se forma con normalidad. Más del 90% de los niños con este padecimiento tienen además atresia del conducto, que es cuando ni la orejita está formada, ni el conducto auditivo, por lo que no pueden escuchar.

Ver eso en su hijo para Soledad fue como un baldazo de agua fría, expresó, y aunque trató de tomarlo como pediatra y no caer en pánico inmediatamente, su preocupación como madre le ganó a su experiencia médica, y su mente se llenó de miedos inmediatamente.

En el momento que veo que Isaac tiene microtia volteo a ver todos y les digo que le hablen a la fonoaudióloga, para que venga en cuanto pudiera; recuerdo que empecé a pensar, ¿quién nos va a ayudar?, ¿tendré que aprender lenguaje de señas?”, contó.

No sabía a dónde iba a dirigirme, cómo iba a integrar a Isaac a la sociedad, si eso iba a ser posible, y no paraba de pensar en todo eso, a pesar de que recién había tenido a mi bebé”, narró.

MIEDO

Gracias a que tanto Soledad como su esposo son médicos, rápidamente pudieron entender la condición de salud de su hijo, y en qué consiste.

Debido a que la información local no siempre era suficiente para disipar todas sus dudas, decidieron buscar profesionistas de la salud en otras partes de México y el mundo que pudieran ayudarlos.

Así comenzó, lo que es probablemente el proyecto más importante de sus vidas, encontrarle una comunidad a Isaac.

Quiero saber cómo son las personas con microtia, cómo ha sido su vida, cómo han crecido, si batallaron para encontrar trabajo o no, si han tenido familia o no, si han sentido el rechazo, ¿qué temor hatenido al tener hijos?”, dijo. “Quiero saberlo todo, porque Isaac en algún momento va a tener preguntas que yo no voy a poder resolver, y que será alguien más quien pueda hacerlo, porque ha pasado por eso”, expresó.

De esa manera, que con sólo tres meses, Isaac y su mamá viajaron a Monterrey para una cita con el grupo médico de Microtia Latinomérica, quienes atienden más de 3 mil niños en todo el mundo con esta condición.

Ahí se dieron cuenta de que el pequeño necesitaba un vibrador óseo para escuchar por su orejita con microtia.

Una amiga me preguntó si ya tenía la credencial de discapacidad de Isaac y como papás fue otro golpe, porque mi esposo me dice, ‘mi hijo no tiene discapacidad’, pero sí la tiene, y ahí me di cuenta de que como papás, creemos que ya estamos aterrizados, conscientes de todo, pero luego pasan golpes y nos damos cuenta de que no, que no es tan fácil”, continuó.

TRIBU

Afortunadamente, en todo este camino Soledad no ha estado sola, ha tenido el apoyo incondicional de su esposo, de sus padres y de colegas médicos. Esto la hizo darse cuenta de que como ella, existen otras familias que necesitan ese mismo apoyo, esa misma información, y la capacidad de decidir lo mejor para sus hijos con microtia.

Por eso, que a través de sus redes sociales, la pediatra hizo una solicitud a todas las mamás de niños con microtia para que se comuniquen con ella, y creen una comunidad para sus pequeños.

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