Hermosillo: Mariel vence el cáncer tras años de lucha
El momento más feliz de su vida fue al tocar la campanita que marcó el fin de sus “quimios”

El cáncer cambió la vida de Yolanda Arvayo cuando su hija de un año fue diagnosticada con leucemia, pero fue la valentía y ganas de vivir de la pequeña lo que le dio fuerzas a su mamá para superar todas las adversidades.
Mariel (su hija) tenía un año 10 meses cuando la diagnosticaron; ella empezó a enfermarse muy seguido con fiebres y resfriados, y como yo la tenía en guardería me decían que era normal que se enfermara”, contó Yolanda.
A esa edad Mariel ya caminaba y de repente no quiso hacerlo más y hacía berrinches para que su mamá la cargara, lo que empezó a preocuparla, pero todos le decían que “era chipilona”. Fue un día que la temperatura no cedió que desesperada llevó a su hija a un hospital.
Los médicos al ver que el cuadro de fiebre se presentaba de manera frecuente decidieron hacerle una biometría hemática y en ese momento se dieron cuenta que algo no estaba bien con Mariel Isabella.
Todo estaba descontrolado, lo que tenía que salir bajito le salía alto, y lo que tenía que salir alto le salía bajito, era un desastre”, dijo.
“Incluso el pediatra que estaba ahí me advirtió que se podía tratar de un cáncer en la sangre, pero me dijo que no era seguro, y que esperara que no fuera eso, yo sólo recuerdo que no decía nada, me quedé en shock sin poder hablar”, relató.
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NO FUE FÁCIL, PERO LO LOGRÓ
A los pocos días recibió el diagnóstico positivo a cáncer. Cuando el doctor le dijo que había esperanza de curarla se aferró a eso con toda la fe posible, y aunque no fue fácil, después de tres años de tratamiento pudo ver como su hija venció la enfermedad.
“Las primeras quimios fueron las más pesadas porque estuvimos internadas un mes, y Marielita no quería comer, no le daba hambre, siempre tenía fiebre y lloraba mucho; yo como madre quería protegerla, pero no sabía cómo hacerlo”, manifestó.
Fue muy duro, muy complicado, porque teníamos que ponerle sangre, plaquetas, plasma, y sí fue muy difícil porque conseguir a alguien que done, fue un mundo completamente diferente para nosotras”.
“Me sentía horrible de verla sufrir pero no podía permitirme caer, porque somos ella y yo nomás, y siempre pensaba que si ella me miraba mal se iba a poner mal, por eso tenía que estar sonriente, para que supiera que todo iba a salir bien”, expuso.
Después de tres años y 10 meses Mariel terminó con sus quimioterapias, y aunque ha habido muchos momentos bellos en sus vidas, para Yolanda ver a su hija tocar la campana en el hospital ha sido el momento más maravilloso de su existencia.
Siempre que íbamos al hospital Mariel me decía, ‘mamá qué vestido me vas a poner’, y yo le decía que el que fuera y ella me respondía que no, que tenía que ir muy bonita para el doctor”.
“Llegamos ese día al hospital y Marielita no sabía, de hecho se quiso poner su traje favorito porque se lo acaban de regalar, el de Chase de Paw Patrol, pero ella no tenía ni idea”, contó sonriente.
“Cuando la vio el doctor le dijo que ya había terminado sus quimioterapias y que iba a tocar la campana, ella emocionada me preguntó si era en serio”, añadió, “luego me abrazó y abrazó al doctor”.
Tenía 5 años en ese momento y cuando la tocó dijo: ‘Hoy todos mis sueños se hacen realidad, hoy terminé mis quimios”, recordó conmovida hasta las lágrimas.
Aún quedan cinco años de estudios y vigilancia, para cuidar que la pequeña no presente una recaída, aun así se siente confiada en Dios de que todo saldrá bien.
A pesar de todo lo vivido, dijo sentirse afortunada, pues la vida le permitió ver sanar a su hija, y por eso busca todos los días dar lo mejor de ella, para ser una madre ejemplar.

FOTO: ESPECIAL
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