HERMOSILLO, Sonora.- “Yo estoy muy agradecida estar aquí”, expresó Alicia Arellano Orozco “estoy agradecida con mi mamá y también con la persona que me salvó, que era una maestra creo”. Alicia, de 15 años, es una de los sobrevivientes del incendio de la guardería ABC, pero ni el dolor de su cuerpo ni las visitas constantes al médico logran borrar la sonrisa. Fue el 5 de junio cuando en Hermosillo sucedió una de las peores tragedias que ha vivido el Estado y el País.
El incendio de una estancia infantil, localizada en la colonia Y Griega, terminó con la vida de 49 niños, y dejó al menos 106 pequeños lesionados debido al fuego y la exposición al humo.
Alicia era una de las niñas que a diario acudía a este lugar junto con su mamá Eloísa, quien además era maestra en la misma guardería.
Alicia Arellano y su mamá Eloísa Orozco son sobrevivientes del incendio del ABC.
UN PRESENTIMIENTO
Eloísa recordó que ese día tuvo un presentimiento.
Recuerdo que desperté en la mañana y me dije: ‘Qué raro se siente el día, no tengo ganas de trabajar’, pero sabía que tenía que hacerlo y llevar a mi hija”, mencionó Eloísa Orozco Barajas, madre de Alicia.
“A la hora de nuestra comida, cuando estaba sentada al lado de la mesa con mis compañeras, empezó a tronar una de las lámparas del techo y cuando nos quitamos de ahí voltee a donde estaba el refrigerador, y en la unión de dos paredes había grietas y estaba saliendo mucho humo negro”, relató.
Al ingresar a las salas de los niños para revisar que estuvieran bien, el humo ya había cubierto todas las colchonetas del suelo en el que los bebés estaban dormidos.
Asustada y sin saber qué hacer, tomó a un niño en brazos para sacarlo a enfermería y venir por otros, pero ya las estructuras del techo estaban cayendo con fuego al suelo y complicaron su salida.
La lona estaba cayéndose a pedazos rodeada en lumbre y al tratar de esquivarlas se me cayó el niño, se logró soltar y me devolví por él, pero cuando lo quise llevar a enfermería me quedé encerrada.
“En eso empecé a forcejear para sacarlo, pero por la misma presión del humo no podía abrir la puerta, no me dejaba, no sé cuánto luché pero recuerdo que pensaba, ‘me voy a quedar aquí con el niño, no voy a poder salir’”, contó.
Evan Alicia Arellano Orozco
con su madre Eloisa Orozco Barajas
No sabe cuántos minutos pasaron, cuando un oficial de Policía logró abrir la puerta y la sacó de la guardería llorando, mientras ella le decía que no dejaran al niño solo.
Cuando la rescataron y la dejaron enfrente, volteó hacia el otro extremo y vio a su hija llorando sentada en la tierra caliente. Asustada, corrió para tomarla entre los brazos mientras las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos, y fue Alicia, con solo 1 año de edad quien la consoló.
Fui con ella (Alicia) y la agarré en los brazos, y fue Alicia quien me sobaba la cara y me decía que todo iba a estar bien, pero yo sólo lloraba”, recordó.
Aunque Alicia no recuerda nada de lo que sucedió en ese momento, y el fuego afortunadamente no alcanzó su cuerpo, sus pulmones y corazón sí resultaron afectados por la exposición al humo.
Su infancia se vio afectada por diversos problemas respiratorios y cardiacos que no le permiten ni siquiera respirar por sí misma durante las noches, por lo que tiene que usar un concentrador de oxígeno.
No puede hacer deporte, tiene crecimiento de corazón y a diario requiere de diversos medicamentos.
“No me acuerdo absolutamente de nada de ese día, pero escuchar la historia y pasar por la calle donde estaba la guardería, o ver las caritas de los niños en las lonas, es muy doloroso.
Alicia Arellano Orozco.
He aprendido a vivir con eso, y con las secuelas de mi cuerpo, pero a veces es muy desesperante porque no puedo hacer ciertas cosas como jugar, bailar o hacer deporte; es como si estuviera atada a eso”, manifestó.
Ha sido el amor de su abuela, de su madre, y su agradecimiento con la vida por haber podido sobrevivir a tan horrible situación, la que le ha dado a Alicia la fuerza para seguir sonriendo y disfrutando, ahora de su adolescencia.
Me gustaría ser cardióloga, por el problema que tengo yo, me gustaría ayudar a otras personas que también lo tienen.
“Yo creo que lo que me pasó a mí y a mi mamá da esperanza, de que la vida siempre nos va a poner en nuestro camino, es algo que va a llegar si te esfuerzas lo suficiente”, expresó.
Hasta el día de hoy la familia de Alicia sigue luchando porque el IMSS reconozca a la menor como víctima del incendio y le otorgue todos los tratamientos que necesitan, pues tiene daño pulmonar permanente diagnosticado desde el 2009.
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