¡Váyanse mucho a la TAPO!
Hace justo un año empezaron los problemas serios para AMLO y la 4T. Un helicóptero cayó la tarde noche del 24 de diciembre y a bordo iban Martha Éricka Alonso, quien gobernaba Puebla, acompañada de su esposo, el líder panista en el Senado, Rafael Moreno Valle.
Hace justo un año empezaron los problemas serios para AMLO y la 4T. Un helicóptero cayó la tarde noche del 24 de diciembre y a bordo iban Martha Éricka Alonso, quien gobernaba Puebla, acompañada de su esposo, el líder panista en el Senado, Rafael Moreno Valle. Aún no sabemos las causas de la tragedia y el “sospechosismo” crece.
Después vinieron los 137 muertos en la explosión de Tlahuelilpan, asesinatos por todo el País, la “victoriosa rendición” ante Trump, la tarde negra de Culiacán, la economía estancada, los “informes” plenos de felicidad, las agresiones no reconocidas contra la prensa, los “otros datos”, las renuncias de funcionarios de primer nivel, el embajador cleptómano, la Secretaria de Gobernación y sus contradicciones, la Ley Bonilla, la ejecución a niños y mujeres de la familia LeBaron, la vulnerabilidad de un Ejército a merced de los delincuentes, la absolución divina hacia Manuel Bartlett, los militares en plan de constructores en Santa Lucía, un piloto de avión pidiendo al Presidente que piense dos veces la cancelación del aeropuerto de Texcoco. El colofón fue el pasado domingo, cuando Rocío Nahle, la secretaria de Energía resumió lo que piensan en las alturas del poder, lanzando una frase “muy mexicana” a alguien que increpó al Presidente con el tema del aeropuerto: Si no les gusta, váyanse a la TAPO…
Vaya resbalón para una funcionaria del más alto nivel. El pueblo tiene derecho a exigirle a quienes gobiernan, pero el gobernante no debe responder de esa forma. El video es claro. La TAPO, el lugar a donde la Secretaria envió a quien pedía el aeropuerto de Texcoco, es una terminal de autobuses que se encuentra a un lado de la estación San Lázaro del Metro de la CDMX, frente a la Cámara de Diputados.
Muy malo el primer año presidencial de Andrés Manuel López Obrador, por la sencilla razón de que no ha sabido o no ha querido delegar. Insiste en poner el pecho en cada caso, se resiste a reconocer esa realidad que dice que no tiene una varita mágica para solucionar todos los problemas que este País ha arrastrado por décadas. En lugar de enfrentar la realidad y poner un rumbo, se ha refugiado en esa retórica que empieza a cansar a los mexicanos: La culpa no es mía, sino de todos los que gobernaron en el pasado.
La realidad es que él ya recibió los votos, se comprometió a una Cuarta Transformación, pero solamente hemos visto una repetición de la misma historia. Corrupción solapada, justificación de los errores a su gabinete, terquedad en tener siempre la razón, una campaña interminable, presupuesto populista-electorero, dominio de los organismos autónomos, el Poder Legislativo a sus pies (es un honor alinearse al Señor), división intensa entre los buenos que están de mi lado y los traidores que osan criticarme.
En un arranque de ¿sinceridad? pidió un año más para arreglar el País. Sabemos que eso es imposible, pero tendremos que esperar ese nuevo plazo… no nos queda otra.
El presupuesto
Y, mientras tanto, Sonora vive un momento complicado. Después de la traición de los diputados federales (Wendy y compañía) que no supieron traernos un peso del presupuesto federal, viene el turno del Congreso del Estado y el presupuesto del 2020.
Se supone que hoy lo van a aprobar.
Difícil entender la postura protagónica del diputado panista, Gildardo Real, que se opone a todo. Con la frase “hay que darle la vuelta” parece enfocado a ponerle piedras al desarrollo del Estado, pensando también en las elecciones del 21 o en llevar agua a su molino. Es el momento de que los diputados, los otros 32, piensen en Sonora. Dos agresiones legislativas no las resiste el Estado.
Inocente palomita
Después de una “exhaustiva investigación”, Irma Eréndira Sandoval, quien es titular de la Secretaría de la Función Pública, vino a informarnos que Manuel Bartlett es completamente inocente. No incurrió en fallas en su declaración patrimonial y no hay conflicto de intereses porque Julia Elena Abdala vive con él hace más de 20 años, pero no es su pareja, ¿ok? No cabe duda, estén quienes estén en el poder siempre se taparán los unos a los otros. Un meme resumió todo. Era una foto de Bartlett con dos frases: “En 1988 se cayó el Sistema; en 2019 se calló el Sistema”. Y quieren que les creamos sus “buenas” intenciones.
Periodista sonorense, con 33 años de experiencia Nieman Fellow ‘99, por la Universidad Harvard.Ganador del premio SIP opinión en 2008. Correo martin.holguin@gmail.com
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