Un año, dos proyectos
Algo innovador sería que los dos mandatarios tomaran en cuenta el hartazgo que provoca el alud de mensajes, tanta propaganda provoca un daño irremediable.
Se cumple un año que el Gobierno de Sonora y el de Hermosillo renovaron autoridades, para el Gobernador su primer año de seis y el presidente municipal el primero de tres, con posibilidad de reelección. Los dos pretenden desarrollar un proyecto para ganar futuro, algo habitual en política.
Para el Gobernador ha sido un año complicado y con claroscuros, un gabinete regular sin experiencia. Economía no tiene noticias. Salud esta sometido a los erráticos designios federales cediendo mansamente nuestro patrimonio, carente de personalidad y proyecto propio. Sidur no presenta obras relevantes. En educación disfrutaron de todo un año para preparar el regreso y aún así hay atrasos importantes. La gobernabilidad no es el fuerte de esta administración, la obstrucción de carreteras y lo que acontece en seguridad lo demuestran, situación alarmante, sin visos de solución con respuestas colmadas de retórica y vaguedades.
Lo extraño del aniversario fue que en vez de anunciar logros, fue proponer que el próximo Gobernador sea de tres años, para que en ocho años coincida con la elección federal, pretextando ahorros y concurrencia. El gasto de la elección no se modifica por empatarla con la elección presidencial y lo de la concurrencia es un argumento que no se sostiene, las elecciones en Sonora ya son concurrentes. Una respuesta demagógica que presagia el horizonte de este Gobierno, controlar elecciones no incentivar el crecimiento económico y la prosperidad.
Para el presidente municipal no ha sido fácil el momento en el que le toca llegar, sin embargo el triunfalismo que despliega -uno de los venenos más letales para cualquier funcionario-, al cumplirse el primer año, supondría que concluyó su gestión cuando aún falta mucho por hacer. Algunas de las principales vialidades están reparadas, pero las adyacentes como al interior de las colonias siguen en muy mal estado. La fatal herencia, las copiosas lluvias y Agua de Hermosillo, contribuyen en el deterioro que atestiguamos y convierte las loas en burlas.
La adquisición de las patrullas eléctricas no es del todo convincente, el ahorro es algo por demostrar, hasta hoy ninguna de las grandes compañías existentes en el país que disponen de grandes flotillas de automóviles han optado por los vehículos eléctricos. Algo que no se expone es el compromiso de las finanzas públicas municipales cuando termine el trienio, cuando haya que regresar las patrullas o quedarse con un parque vehicular deteriorado que haya cumplido su vida útil. Baja emisión de contaminantes a la atmósfera, pero un grave riesgo de salud financiera.
Algo innovador sería que los dos mandatarios tomaran en cuenta el hartazgo que provoca el alud de mensajes, tanta propaganda provoca un daño irremediable. Todo está en la mesa para mejorar e intentar construir gobiernos sin artificio mediático y con obras de trascendencia, dejar atrás el sonsonete y estridencia.
La administración estatal tiene una oportunidad a su favor, las dos Cámaras y la presidencia de la República las lidera su partido, algo que no se presentaba en décadas. No hay pretextos, más que aspiraciones electoralistas esperamos gestiones en beneficio de Sonora, tiene todo para materializarlo.
El presidente municipal tiene la confianza de la ciudadanía y más allá de adoptar agendas nobles como la del cambio climático, al ciudadano le interesa más el cambio de pavimento, disposición de agua, un buen servicio de limpia, parques renovados, alumbrado, seguridad y otros servicios propios del Ayuntamiento.
Esperemos que el efímero poder no los envanezca y tengan la sabiduría de rectificar a tiempo, en aquello que aunque no lo adviertan, es primordial para sus gobernados, esa es la mejor forma de hacer política.
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