Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Sonora

Salud para todos en el año 2000

El título de esta columna recuerda, de entrada, un buen anhelo popularizado por la Organización Mundial de la Salud años atrás.

El título de esta columna recuerda, de entrada, un buen anhelo popularizado por la Organización Mundial de la Salud años atrás bajo la frase “Salud para todos en el año 2000”: Y llegó el 2000 a todos lados pero no a todos lados llegó la salud. En realidad este preámbulo es para introducirnos en el tema del recién activado Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi; en la imagen su titular, Juan Antonio Ferrer), que comenzó a operar en México el primer día de este año como institución sucesora del Seguro Popular, guardando algunas diferencias con esta última no tanto en su objetivo primordial (la salud) sino en sus modos pues el Insabi no exigirá la tenencia de una póliza de salud ni cuota alguna sino que bastará con que cualquier persona residente en el País y que no sea derechohabiente a la seguridad social documente su identidad con su credencial para votar (INE), su CURP o su acta de nacimiento. Se ha mencionado que el Insabi brindará recursos para la salud y sin restricciones a una población que se estima en aproximadamente 70 millones de personas, aunque con mayor énfasis no en el tratamiento o rehabilitación de las enfermedades sino en la prevención de estas y en la promoción de la salud. Esto ha generado cierta confusión en muchos posibles usuarios pues algunos temen que las oportunidades para hospitalización y procedimientos para diagnóstico y tratamiento (por ejemplo, operaciones quirúrgicas, tratamientos nuevos más eficaces, etcétera) no podrán ser cubiertos a plenitud. Otros se preguntan si los 40 mil millones de pesos asignados a este rubro serán suficientes para cubrir toda su demanda pues aún en las instituciones oficiales con aportación de cuotas patronales o de usuarios los recursos son notoriamente insuficientes para cumplir con una atención oportuna en todos lados o para toda la población derechohabiente, y no es la excepción que se eleven quejas por falta de camas, diferimiento de turnos en quirófano o para citas a consulta y falta de medicamentos entre otras deficiencias. La coordinadora de Salud y Finanzas Públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Judith Méndez, estima que la suma de fondos necesarios para sacar adelante una iniciativa como la que promete Insabi es en realidad cuatro veces mayor que la presupuestada y que, además, los 40 mil millones de pesos -que, por cierto, se tomarán del Fondo de Gastos Catastróficos del (ahora extinto) Seguro Popular- constituyen una fuente de financiamiento para usarse solo una vez,  pues no es un fondo recurrente. Es una gran verdad que lo más importante en salud es la prevención de las enfermedades y de sus complicaciones pero para esto es necesario tener la infraestructura física y humana indispensable: Agua potable, nutrición adecuada, escolaridad, caminos, personal sanitario, suficientes fuentes de empleo, y un largo etcétera, y que hacerse de todo esto suele ser una tarea todavía más compleja. Ojalá no digamos luego “salud para todos en el año 3000”. No es fácil decir si el desarrollo es necesario para la salud o si la salud es necesaria para el desarrollo. Lo que sí nos queda claro es que para la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de los trastornos de salud en un País como el nuestro se requiere una enorme cantidad de recursos económicos y que no conviene hacer cuentas alegres y también nos queda claro que no bastan los dineros pues la pericia (saber cómo hacer las cosas bien) es tan indispensable como lo son los dineros. Es por ello que bien se dice que, en cuestiones de salud, tan corrupción es la impericia como el manoteo de los centavos.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados