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Repavimentar Hermosillo

Hemos visto cómo el mal estado de nuestras vialidades ha cobrado incluso la vida de algunos conciudadanos.

Por supuesto que la inmensa mayoría de los ciudadanos no tenemos la menor idea de pavimentos, pero todos damos cuenta del estado de nuestras calles y la mayoría sufrimos directa o indirectamente los efectos del deterioro de sus pavimentos, tanto los que van en camión como los que van en su bicicleta, motocicleta o automóvil. Hemos visto cómo el mal estado de nuestras vialidades ha cobrado incluso la vida de algunos conciudadanos. Ciertamente habrá siempre problemas más graves que calles con pavimento lleno de hoyos, como pueden ser la carencia de servicios básicos, el hambre, la insalubridad, la plaga de la violencia y otros males, pero eso no quita que el mal estado de calles y banquetas contribuye no sólo a precarizar el aspecto urbano sino a complicar el traslado de la gente por enlentecimiento de los flujos vehiculares con el ya consabido y medido costo en bienestar y economía. Ayer por la mañana escuchaba por la radio del automóvil una entrevista sobre la repavimentación de la que fue objeto la ciudad de Tijuana durante el trienio del Ayuntamiento 2007 a 2010; apenas pude escucharlo unos cuantos minutos pero me provocó un crecido interés en el tema así que, sin saber un cacahuate de pavimentos ni de sus costos, aquí me tiene usted hablando, aunque sea con dificultad, del asunto. Igual que usted, yo también tengo derecho a opinar de algo de lo que lo único que sé es que me provoca lástima, molestia y coraje ver cómo desde que tengo memoria veo año con año brigadas de bacheo tapando hoyos, emparejando y recarpeteando calles: Remedios que duran apenas semanas o pocos meses para que, con la siguiente lluvia pase lo mismo una y otra vez. Me llamó la atención que en el caso de Tijuana los trabajos de 3 millones 271 mil metros cuadrados de repavimentación los hizo una sola empresa, Cemex, con la aprobación de las distintas facciones partidistas y de un endeudamiento de más de 1,700 millones de pesos -¡de aquellos pesos!, de entre 10.3 y 13.5 pesos por dólar, quizás unos 2,600 millones de pesos actuales-. Por supuesto que con esa deuda han cargado también los siguientes ayuntamientos, pero habrá que descontar los gastos que desde entonces se han evitado en bacheo tras bacheo y recarpeteos recurrentes pues Cemex, que vendió el material y a la vez realizó el trabajo(lo que se conoce como esquema de “llave en mano” o “turn key contract”) utilizó concreto hidráulico cuya durabilidad es mucho mayor y requiere mucho menos gasto en mantenimiento, menor tiempo de construcción así como su considerablemente menor calentamiento de su superficie que el asfalto, lo que por cierto sería una gran ventaja en ciudades calientes como la nuestra. Y tomar en cuenta incluso la productividad incrementada gracias a la agilización del tránsito vehicular, el ahorro de combustible al evitarse sabrá quién cuántos altos y “frenones” y también la prevención de choques y daños corporales a personas; todo esto sin considerar lo que se pueda generar por el atractivo de una ciudad más cómoda y segura en términos de captación de eventos, visitantes y de impacto turístico e incluso los efectos de bienestar emocional cuando se vive en un sitio más acogedor, más ordenado y un poco más tranquilo. Cada vez más la empresa productora de concreto, Cemex, no sólo vende el material sino que igualmente desarrolla el trabajo de pavimentación en un creciente número de países del mundo y que, de hecho, lo ha hecho no sólo en Tijuana sino también en varias ciudades de Sinaloa, de Puebla y otros sitios del País. Héctor Aguilar Camín dijo alguna vez que la calidad de una ciudad se mide en sus banquetas: Pues de una vez entrarle a las banquetas… ¡Ánimo munícipes!

Médico cardiólogo por la UNAM.

Maestría en Bioética.

jesus.canale@gmail.com

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