Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Sonora

¡Quédate en casa!

Si bien el “quédate en casa” es una estrategia más exigente, es a la vez más eficaz en términos de contener la propagación del virus.

Actrices, actores y cantantes mexicanos -Alejandro Fernández, Belinda (española, de origen), Gloria Trevi, Thalía, Yahir y otros- alzan la voz con un “quédate en casa” para contribuir a contrarrestar el impacto del coronavirus. Personalidades del espectáculo en otras regiones del mundo se agrupan para hacer lo mismo y por igual corporativos de empresas multinacionales que han convocado a decenas miles de empleados a hacer “home office” y ni qué decir de autoridades civiles que, a tiempo o a destiempo, están decretando drásticas regulaciones con el mismo objetivo. Y efectivamente, no se trata de una simple coincidencia de esfuerzos sino que todo esto viene de experiencias documentadas científicamente. Dos medidas en este sentido nos ha tocado vivir (o ver vivir) en estos días: Distanciamiento social y aislamiento social. Ambas estrategias tienen sus grados de aplicación, pero finalmente a partir de un mecanismo similar: Alejar a los individuos unos de otros, con intensidades que van desde una mayor separación entre los cuerpos humanos hasta el confinamiento de una persona en una habitación del hogar o de un hospital. El Servicio Nacional de Salud británico considera como “contacto cercano” estar durante 15 o más minutos a menos de dos metros de otra persona. Si vemos, por ejemplo, cómo se llevó a cabo la última comparecencia de prensa de la canciller alemana Ángela Merkel y la misas que actualmente celebra el papa Francisco en la capilla de la Casa Santa Marta, notaremos un factor común: Los asistentes están separados un metro o más entre sí de manera que la ubicación de las personas en las salas resulta claramente dispersa. Esto es un claro ejemplo de distanciamiento social, que no sólo se limita a una separación métrica de las personas sino también al tiempo de presencia simultánea en un sitio, la cantidad de personas coincidentes en algún local y las condiciones de ventilación, entre otras. La propagación de un virus depende de la transmisibilidad del mismo virus, la susceptibilidad de las personas y las condiciones ambientales del sitio, pero en el caso del Covid-19 como su comportamiento biológico aún no es modificable como tampoco lo es la susceptibilidad de las personas, queda solamente modificar la proximidad entre las personas y las condiciones del entorno. En ese sentido conviene subrayar que durante los traslados en aviones que tienen filtración del aire en cabina, las condiciones del aire a respirar es de mejor calidad que en muchos edificios de oficinas, autobuses y trenes; los filtros “hepa” utilizados en aeronaves pueden capturar virus; esto es una muestra de modificación eficaz del entorno. El aislamiento social, como la cuarentena o el “quédate en casa”, es una estrategia más exigente que obviamente muchas personas no pueden asumir, principalmente por las características de su trabajo, como es el caso de los agentes de la seguridad pública, los profesionales de la salud, al acarreo cotidiano de alimentos frescos, diversos servicios municipales, los operarios del transporte público, los trabajadores de los mercados de alimentos y medicamentos, etcétera. Si bien el “quédate en casa” es una estrategia más exigente, es a la vez más eficaz en términos de contener la propagación del virus. Estas medidas de distanciamiento social y de “quédate en casa”, si bien son para beneficio de todos, en realidad son mayormente una muestra de altruismo toda vez que redundan más para el beneficio ajeno que por el propio, pues en realidad son principalmente para proteger a los más susceptibles de enfermarse y de sufrir el padecimiento con más gravedad. El distanciamiento y aislamiento social no son para relajarse o nomás cambiar de aires; verlos así puede resultar tedioso, aburrido o insoportable, por eso hay que entenderlos como lo que son: Una entrega de las preferencias propias por el bien de los más vulnerables.

En esta nota