Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Sonora

Precariedad de las finanzas públicas locales

La poca diversificación de ingresos propios tiene consecuencias. En comparación con el resto de los estados, Sonora depende más de las participaciones federales y tiene mayor deuda per cápita.

Es común escuchar en charlas casuales que los servicios públicos de Hermosillo se han ido rezagado frente a los de sus pares regionales: Culiacán, Mexicali y Chihuahua, principalmente.

El panorama se ensombrece cuando el comparativo incorpora otras ciudades sonorenses. ¿Qué explica el deterioro desde un enfoque de finanzas públicas?

Sonora tiene la menor recaudación propia entre entidades federativas. Según los datos de la Cuenta Pública 2018 que publican las entidades y el Inegi recopila, la suma de impuestos, derechos y contribuciones estatales (i.e., la recaudación propia) representó en Sonora apenas el 7.7% del ingreso estatal excluyendo financiamiento -otra historia aparte es el alto endeudamiento que sitúa actualmente las finanzas públicas estatales en semáforo amarillo y en el límite del rojo según los criterios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Ese porcentaje refleja un rezago frente al resto de las entidades federativas. Mientras Nuevo León tuvo una recaudación propia del 15.7% para encabezar la lista, Coahuila (11.2%), Chihuahua (11.2%), Tamaulipas (10.1%) y Baja California (9.2%) quedaron muy por encima de nuestra entidad.

En perspectiva, si ese 7.7% hubiera empatado la media del resto de las entidades fronterizas de 11.5%, el presupuesto estatal hubiera tenido 2375 millones de pesos adicionales.

Además de mejores servicios públicos, la precarización de las finanzas municipales y el nivel de endeudamiento hubieran sido menores de haber redoblado los esfuerzos de recaudación.

Han sido varios los errores de los gobiernos estatales. Un primer ejemplo son los impuestos sobre el patrimonio. Mientras Nuevo León mantuvo la tenencia y grava la enajenación de bienes muebles y adquisición de vehículos y logra recaudar con ellos el 0.7% de su presupuesto, en Sonora el único impuesto al patrimonio vigente es el de traslado de dominio de bienes inmuebles, que representó una raquítica recaudación de 95 mdp o 0.2% del presupuesto estatal 2018.

Cabe resaltar que los impuestos al patrimonio son particularmente benignos considerando su progresividad: Los hogares en los deciles de ingreso y riqueza más altos contribuyen más proporcionalmente. Etiquetados para inversión en transporte público, también desincentivan el uso del automóvil en beneficio del peatón, del ciclista, de la salud pública y de los hogares de ingreso más bajo dependientes del transporte colectivo.

Que Sonora haya obtenido de las calificaciones más bajas en tiempos de espera (35.4 vs. media nacional de 59.5) y rutas suficientes (57.0 vs. media nacional de 68.6) en transporte público en la Encuesta Nacional e Calidad e Impacto Gubernamental (Encig) del Inegi (2017) es sintomático.

También hay que sumar que Sonora recauda muy poco en los registros públicos y que aún no impone impuestos verdes locales, ya avalados constitucionalmente por la SCJN. Además, únicamente grava al 2% las nóminas y ha sido incapaz de aumentar la base al ritmo que lo han hecho otras entidades fronterizas, como Nuevo León o Baja California que gravan al 3%.

La poca diversificación de ingresos propios tiene consecuencias. En comparación con el resto de las entidades federativas, Sonora depende más de las participaciones federales y tiene mayor deuda per cápita, menor inversión pública y finanzas municipales más precarias.

¿Cuándo fue la última vez que usted presumió nuestros servicios públicos a un visitante foráneo?

En esta nota