Porque estás que te vas y te vas y no te has ido…
El Sars-Cov-2 no está dispuesto a irse: Ayer India reportó su récord de 90 mil nuevos casos en un día, suma 4.5 millones de infectados (“sólo” 76 mil muertes, “pocas” en comparación con las reportadas en México).
José Alfredo Jiménez compuso en 1962 su canción “No me amenaces” en cuyo estribillo anotó “Porque estás que te vas y te vas… y no te has ido”. Pues por el mismo rumbo anda ahora otra composición, obra ésta de la naturaleza, el coronavirus Sars-Cov-2 bicho culpable de la Covid-19.
Y, en verdad, a esta enfermedad le acomoda muy bien ese fragmento de la canción pues si volteamos a ver lo que ha ocurrido en otras partes del mundo, como en algunos países de Asia y Europa, así como algunas regiones de América Latina, veremos cómo ese mal está que se va y que se va pero no se ha ido, ni se irá a corto ni mediano plazo.
En pleno siglo XXI del que tanto nos ufanamos por sus maravillas científicas y tecnológicas nos sorprende que un minúsculo bicho, de hecho tan diminuto que cabría unas 10 mil veces en un milímetro y sobretodo que a pesar de que muere instantáneamente al contacto con alcohol o en unos cuantos minutos en presencia de cloro, no hayamos podido derrotarlo con medicamentos ni evitarlo con una vacuna.
A nivel mundial este microbio ha enfermado a 30 millones de seres humanos y se ha llevado a por lo menos a un millón de personas y varios millones no se han recuperado bien pues han quedado con secuelas de diverso tipo.
Los tratamientos que se han probado para su cura no han dado los resultados deseables y está claro que la esperanza está puesta en el desarrollo de una vacuna eficaz y segura, pero resulta que la vacuna puntera ha sido puesta en compás de espera mientras se aclaran un par de incidentes referentes a una afectación del sistema nervioso que podría traer complicaciones graves aunque ciertamente han ocurrido entre varios miles de voluntarios que no han tenido ninguna complicación.
Mientras tanto el microbio no está dispuesto a irse: Ayer la India reportó su récord de 90 mil nuevos casos en un solo día y acumula ya 4.5 millones de infectados (por cierto “sólo” 76 mil muertes, “pocas” en comparación con las reportadas en México).
Francia enfrenta un resurgimiento con 54 mil nuevos casos en la última semana, aunque es verdad que allí se efectúa un gran número de pruebas. En Inglaterra la prevalencia de la infección se duplica cada ocho días desde mediados de agosto y el primer ministro, Boris Johnson, ha anunciado la nueva restricción a un máximo de seis personas por reunión.
De nuevo, la vacuna anti-Covid 19 es con mucho el recurso más esperado en todo el mundo, pero hay dos escenarios muy complicados en su cadena de producción que amenazan con opacar expectativas: En nuestra columna del 12 de junio pasado mencionaba la preocupación que existe para la producción suficiente y oportuna de los envases de las dosis de la vacuna pues siendo la demanda del orden de miles de millones de dosis (la población mundial actual es de casi ocho mil millones) la disponibilidad de borosilicato requerido para fabricar los viales quizás no esté garantizada, lo cual también teme la industria farmacéutica.
Además, para la transportación aérea del producto se requerirían el equivalente a 8 mil aviones “jumbo” para el acarreo de una dosis por habitante en el mundo, según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, siglas en inglés); e incluso, si se pudiera transportar por tierra la mitad de las dosis y la otra mitad por aire, aun así sería una tarea nunca antes vista para la industria de carga aérea mundial; en este sentido está claro que la vía terrestre es alternativa en países desarrollados pero no lo es en muchos países pobres. Y mientras, el bicho está que se va y que se va pero no se ha ido: Pues a tener mucha paciencia y considerar estas realidades.
Correo electrónico: jesus.canale@gmail.com
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