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Por inmadurez

“Es más fácil contender con el mal al principio que al final”. Cualquier persona que haya sufrido una adicción esta consciente de este principio.

“La verdad de las cosas es el principal ingrediente de los intelectos superiores”. Este principio es uno de los que utilizaba Leonardo Da Vinci, que por cierto está muy ligado a otro muy conocido: La verdad os hará libres. Que importante que lo que lo que pensemos, hagamos y digamos esté apegado a la verdad. La verdad es imponente, y actuar apegado a ella es garantía de éxito.

“Es más fácil contender con el mal al principio que al final”. Cualquier persona que haya sufrido una adicción esta consciente de este principio, este es otro principio que manejaba Da Vinci; es por ello que hay situaciones que más vale correr que “enfrentarlas”.

Por qué seguimos

Entonces sí apegarnos a lo verdadero y a lo correcto es lo mejor que nos puede pasar, ¿por qué seguimos haciendo lo que de antemano está mal?: Tomando lo que no es nuestro, aquella amistad que no conviene, comida chatarra, exceso de alcohol, pereza profesional o en los estudios, etc.

¿Cómo identificamos que algo que hacemos está mal? Muy sencillo, porque lo ocultamos. Ahora, si nuestra conciencia nos dicta que está mal, y por lo tanto lo ocultamos, ¿por qué lo seguimos haciendo? Creo que la respuesta es muy sencilla: Por inmadurez, porque pensamos que las consecuencias y los efectos de dichas acciones no nos afectarán, o no llegarán a ocurrir.

Y acuérdate estimado lector, la realidad termina siempre alcanzándonos. Un ejemplo muy sencillo, no cuidaste tu cuerpo, no hiciste ejercicio, no comiste apropiadamente, lo más seguro es que termines tu estancia en esta vida con muy mala calidad física.

Descuidaste tu afición a un vicio terminas consumido por el mismo. No procuraste rodearte de gente mejor que tú no creo que alcances gran progreso personal.

Conclusión

Para terminar estimado lector ahí le va otro principio de Leonardo: “Un día bien invertido lleva a un feliz sueño, así como una vida bien invertida lleva a una feliz muerte”.

Una de las más grandes remordimientos de los enfermos terminales es cuando se dan cuenta de que se encuentran con las “manos vacías”, es decir, que podían haber sacado más provecho de los dones y cualidades que tenían, pero ya es muy tarde para reaccionar, ya la falta de vigor físico no les permite mucho hacer. Bien lo dice Tony Robbins: “La vida empieza donde termina la zona de confort”. ¡Feliz domingo!

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