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Momento de decisiones

El compañero incómodo, el PAN, enfrentará la interrogante más dura: Cerrar filas con el PRI o romper

Este domingo arrancaron las campañas federales. Se acerca el momento en que los candidatos a Gobernador tendrán que elegir entre inconvenientes. Alfonso Durazo capitalizó en días recientes una campaña seria, publicando un libro de diagnóstico y propuestas y organizando foros temáticos de discusión. La encuesta de El Heraldo difundida el lunes pone su ventaja en 16 puntos. Esa brecha colocará al puntero en posición de buscar una estocada final, mientras sus rivales intentarán eludirla.

Las interrogantes en la campaña de Durazo se asemejan a las que enfrentó Andrés Manuel López Obrador en los comicios presidenciales. La lupa estará puesta en el programa de gobierno y en la integración de gabinete: ¿Cuáles serán los principales giros presupuestales? ¿Con quiénes gobernará? El votante sonorense estará a la expectativa de aquellos matices que den más color a la propuesta de cambio. Durazo ya prometió austeridad de al menos 2 mil millones de pesos, un gabinete paritario, la creación de plazas laborales para policías y personal de salud, la conversión del actual hospital general a un centro médico universitario, una carretera de Cuatro Carriles a Kino, el rescate del área verde de La Sauceda y transporte colectivo moderno, entre otras políticas. Lo encomiable es que detalla, como AMLO, la fuente de financiamiento, donde destaca el adelgazamiento del Congreso estatal.

Por su parte, las interrogantes en torno a Ernesto Gándara son de otra índole. En primer lugar, el perseguidor enfrenta la disyuntiva sobre si arreciar o no la campaña negra y jugarse el todo o nada. Una segunda encrucijada pasa por mantener o reemplazar a su equipo compacto, particularmente a los estrategas que han fallado en dotar de contenido la oferta política. Pero la elección más complicada para el candidato será si acusa o no a Claudia Pavlovich y a Guillermo Padrés de malas administraciones, so pena de perder voto aliancista.

El compañero incómodo, el PAN, enfrentará la interrogante más dura: Cerrar filas con el PRI o romper. La campaña del 2015 fue la más polarizada en la historia reciente de Sonora, pero la recomposición del mapa político nacional propició encuentros inesperados. Ahora crece el riesgo de que el blanquiazul se convierta en satélite del PRI, lo cual incomoda a un ala nutrida del panismo. La galopante probabilidad de derrota obligará al partido a elegir entre posicionarse como fuerza independiente de cara a la próxima legislatura estatal, o jugársela hasta el final y encadenar su destino al de su archirrival. Una ruptura pública a nivel dirigencia es improbable, pero algunos cuadros podrían optar por la fuga.

Finalmente, Ricardo Bours deberá elegir si continúa atacando al primer lugar o gira su crítica al segundo (Gándara) y crece a costa de él. Los insultos a Durazo han traído escasos resultados demoscópicos, confundiendo al elector que busca algo distinto al continuismo que oferta el PRI-PAN. Los asesores de Bours tendrán que evaluar si pivotean o no.

Así entramos a la recta final de la contienda. Además de la gubernatura, están en juego las próximas agendas legislativas y los carriles de salida de cara a la elección presidencial. En política cada paso construye historial e imagen, y las decisiones de los próximos sesenta días tendrán lejanas repercusiones que hoy apenas logramos atisbar.

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