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La marcha que sorprendió a todos

Sorprendió porque muy pocos estaban enterados de que ocurriría; sorprendió por la cantidad de mujeres que participaron; sorprendió por la firmeza del reclamo...

Sorprendió porque muy pocos estaban enterados de que ocurriría; sorprendió por la cantidad de mujeres que participaron; sorprendió por la firmeza del reclamo y el despertar generado entre muchos ciudadanos ajenos al propósito que las llevó a tomar las calles de Hermosillo en una aparentemente apacible tarde de febrero.

¿Cómo salieron, casi de la nada, tantas manifestantes? Quienes conocieron los entresijos organizativos señalan que se armó en un par de días en las redes sociales. Éstas volvieron a mostrar su potencial para socializar ese tipo de convocatorias.

La marcha, multitudinaria para los estándares locales, fue expresión del malestar que las feministas sonorenses han acumulado luego de la zaga de feminicidios y acoso registrados en los años recientes. Uno de los detonantes fue el asesinato de la historiadora Raquel Padilla y las frustradas peticiones para que Sonora solicite la declaratoria de alerta de género. Al parecer esta demanda no cae bien entre las autoridades estatales que quieren evitar ese estigma considerando que gobierna la primera mujer en la historia de la entidad.

La movilización feminista en torno a la violencia de género no es exclusiva de Sonora. De hecho, es un fenómeno internacional y que también en el País exhibe una fuerza inédita. Que hoy acapare la agenda pública no es poca cosa habiendo tantos asuntos que merecen atención, como el estancamiento de la economía, el riesgo de que nos alcance la pandemia asociada al coronavirus, las implicaciones del actual proceso electoral estadounidense, la corrupción que no termina de ser noticia con las nuevas revelaciones que habrá de hacer el ex director de Pemex, etc.

El por qué en este momento domina la agenda no deja de generar interrogantes. Hay quienes apuntan como factor decisivo la presunta insensibilidad de AMLO; al respecto se esparció la especie de que no quería que los reclamos feministas opacaran la famosa rifa del avión, o la “extraña” petición que el Presidente les hiciera de no pintar las puertas y paredes del Palacio Nacional. Esta lectura de la compleja coyuntura no deja de ser superficial y ciertamente dolosa en virtud de que las causas de la furia feminista son estructurales, herencias del pasado que no se han superado. Algún día tenía que estallar y ese día llegó.

La rebelión de las mujeres es importante no sólo por las justas reivindicaciones que plantea sino especialmente por que impone una agenda que exigirá toda la sabiduría de las autoridades para hallar soluciones satisfactorias. Se necesitará diseñar políticas públicas con perspectiva de género a fin de aligerar las desventajas que las mujeres acusan en la vida cotidiana y profesional, pues no sólo son víctimas de la violencia sino de la escasez de opciones para la realización personal por el solo hecho de ser mujer. Si la inconformidad manifestada en las calles conduce a pavimentar el camino hacia el cumplimiento de esa agenda, entonces la movilización local y nacional ha sido más que positiva.

Más aún, la movilización feminista es, como sugieren algunos analistas, la aurora que anuncia cambios de mayor calado; no sólo en materia de políticas públicas sino incluso porque está anticipando transformaciones en el ámbito cultural, en el régimen de Gobierno y, por qué no imaginarlo, avisa el surgimiento de nuevos actores políticos y sociales que poblarán en el futuro la vida pública nacional. Está por verse si estos cambios radicales se cristalizan o si, pese a las grandes expectativas despertadas, la causa feminista se desvanece luego de alcanzar la cresta que actualmente exhibe.

La economía no está en recesión

Aun cuando se confirmó que el PIB nacional se redujo 0.1% en el 2019, no puede sostenerse que hay recesión, así lo apunta Jonathan Heath. Pero los detractores de la 4T sostienen y festinan que sí la hay y es culpa del Presidente ¿A quién creerle? ¿A un reconocido especialista o a los anti AMLO que desde el arranque de la actual administración federal esperan con ansias gritar: “Se los dije”?

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