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Hazte cargo de tu vida

Las personas podemos elegir quedarnos estancados en el sufrimiento, en la ira, o en el papel de víctimas, o hacernos cargo de nuestra vida.

Por Denise Ramos

-Ella me trata muy mal, siempre me está chantajeando e insultando.

-¿Por qué sigues ahí?

-No la he podido dejar, cada vez que lo intento ella me busca y vuelvo a caer.

-¿Te gusta vivir así?

-No, pero estoy esperando que ella me deje.

Así vive mucha gente, como víctimas sin salida. Culpan a otras personas de su sufrimiento, pero no dicen basta.

Lo que hacen es responsabilizar a otras personas por su mal estado y se dedican a quejarse. He conocido a muchísimas personas que se quejan de su pareja sentimental día y noche, pero ahí siguen. Viven una vida poco satisfactoria, pero no hacen nada al respecto porque tienen a quién culpar. Estas personas se creen víctimas, pero déjenme decirles que una victima no tiene salida, una victima verdadera no tiene ninguna opción. Muchas de las personas que hoy viven como victimas porque no les dan un trato amable, son victimas porque ha elegido serlo.

Juan llevaba tres años de casado cuando tuvo una aventura de una noche con una mujer de su trabajo. La mujer lo empezó a chantajear y a pedirle dinero a cambio de su silencio. Juan le estuvo dando dinero por dos años hasta que decidió decirle la verdad a su esposa y enfrentar las consecuencias. La esposa de Juan al enterarse se enojó muchísimo, lo corrió de la casa, le dijo que ya no quería volver a saber nada de él. Él aceptó su error y se fue a rentar un departamento solo. Al mes su esposa lo buscó y le dijo que había decidido darle una oportunidad a la relación. Juan volvió con su esposa, pero ya no era la misma persona. Su esposa había adoptado el papel de  víctima, cada vez que algo no le parecía le recordaba que él le había roto el corazón en mil pedazos. Le exigía dinero, no lo dejaba salir con sus amigos, le decía que estaba sucio y no lo dejaba acercarse íntimamente a ella. Cuando él llegaba del trabajo la encontraba llorando y ella le decía que el daño que él le había causado era irreparable. Ella le recordaba a cada momento que le había arruinado la vida.

Nadie niega el dolor de la traición, nadie niega el dolor de la infidelidad, pero las personas podemos elegir quedarnos estancados en el sufrimiento, en la ira, o en el papel de víctimas, o hacernos cargo de nuestra vida.

Hazte cargo de tu vida. 

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