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Esto pasará

Qué bueno que el cabildo suspendió la venta de El Cárcamo. Qué bueno que AMLO haya anunciado una cuantiosa inversión para bachear las calles de Hermosillo.

Es probable que en un par de meses la crisis sanitaria haya quedado atrás y quizá en un año, o dos, estemos intercambiando conmovedoras o bochornosas anécdotas de estos aciagos días. Reiremos y lloraremos recreando vivencias que hoy padecemos en carne propia. Recordaremos aquellos gestos memorables que, en medio de la incertidumbre, surgían por aquí y más allá. Evocaremos a hombres y mujeres que sacaron a relucir lo mejor, o lo peor de sí. Hablaremos seguramente de quienes sólo se dedicaron a pillar las fallas del Gobierno federal, de magnificarlas, de sacarlas de contexto.

Traeremos a cuento a los que lamentaban, e incluso lloraban, porque AMLO no endeudaba al País para rescatar a los empresarios afectados por el distanciamiento social y el confinamiento en casa. En dos años quizá estemos discutiendo acerca de si la estrategia federal para combatir al Covid fue la correcta, si se actuó con lentitud o si López Obrador no dio la relevancia debida a la emergencia sanitaria; tal vez las conversaciones más interesantes en el 2022 girarán en torno a la mezquindad que mostraron algunos periodistas que, en su afán casi obsesivo de manchar la estrategia mexicana, invisibilizaban o ignoraban el reconocimiento que expresaba la OMS.

En materia económica se discutirá sobre los pasos que siguió el Gobierno para enfrentar éste que seguramente será el peor descalabro económico en la historia mundial. Alrededor de muchas mesas se repetirán los comentarios acerca de las sonrisas maliciosas, perversas diríamos, de los detractores de la 4T ante los anuncios del FMI o del Banco Mundial sobre la profundidad que alcanzaría la recesión en México. En esas tertulias se traerá a colación la crítica ominosa que los malquerientes le enderezaban al plan de reactivación y se observará que los criticones deliberadamente olvidaban que la crisis era un problema mundial y no un asunto local.

Con el beneficio del tiempo se apreciaría con claridad que la recesión mundial golpeó de manera más severa a otros países, como algunos europeos y varios sudamericanos.

Recordaremos también a algunos gobernantes oportunistas que se afanaban impúdicamente en tomar distancia del Gobierno federal. En el corte de caja del 2022 se verá cómo en Jalisco, Nuevo León, Tamaulipas y otros estados se planteaba inescrupulosamente la revisión del pacto federal. Sonreiremos al traer a la memoria a quienes tuvieron la osadía de proponer independizarse.

Visualizo que a la vuelta de dos años estaremos analizando un lance de veras penoso: Protagonistas relevantes de la vida pública nacional insinuaban sin pudor que era el momento de destituir al Presidente, de ponerlo en un Ypiranga moderno y echarlo del País.

Recordaremos las fake news que inundaban las redes sociales buscando incansablemente poner contra las cuerdas tanto al Gobierno federal como a aquellos ciudadanos que promovían la concordia y la armonía de la sociedad. Llegaremos a la conclusión de que, en los tiempos del coronavirus, las redes sociales se convirtieron en el vehículo para la horizontalidad de la democracia, pero también en un mecanismo terrible para la desacreditación de procesos de transformación social.

En un par de años, quizá menos, estaremos diciendo que la noche del Covid que parecía interminable fue finalmente superada y que de esa pesadilla nació un mejor país y germinaron mejores seres humanos. Pero también una mejor economía y una mejor democracia. Con esta postal en el horizonte vale la pena entusiasmarse y pensar en que esto pronto pasará.

LO BUENO Y LO MALO DE LA SEMANA



Qué bueno que el cabildo suspendió la venta de El Cárcamo. Qué bueno que AMLO haya anunciado una cuantiosa inversión para bachear las calles de Hermosillo. Qué bueno que en el Congreso estatal haya el ánimo de redireccionar recursos a favor de la emergencia sanitaria. Qué malo que el Gobierno estatal no intente bajarle al gasto superfluo; qué malo que el Municipio no resuelva su precariedad financiera y qué malo que los diputados no concreten una verdadera política de austeridad para ellos y para toda la administración estatal.

CV: Álvaro Bracamonte Sierra. Doctor en Economía. Profesor-investigador de El Colegio de Sonora.

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