El ogro domesticado
Si no recibió una “lectura de cartilla” fue algo muy semejante. Quisiera saber quién tiene a su cargo la logística y estrategia de los viajes presidenciales porque son bastante malitos.
Fue una semana muy extraña. AMLO fue a Washington y no es como que puede presumir grandes cosas (me recuerda a cierto Gobernador sonorense que estuvo ahí mismo unas horas antes y lo más que puede anunciar es que “vienen cosas muuuuy padres”, lo que tenemos que escuchar). Tenemos más interrogantes que certezas después de ver a un Presidente cuyo lenguaje corporal lo hacía ver fuera de lugar, cansado, derrotado.
Si no recibió una “lectura de cartilla” fue algo muy semejante. Quisiera saber quién tiene a su cargo la logística y estrategia de los viajes presidenciales porque son bastante malitos. No saben cuidar los detalles, no lo preparan ni en cosas tan básicas como el uso correcto del traje, la corbata y mucho menos las posturas recomendables a la hora de esta sentado frente a otro Presidente.
El embajador, Esteban Moctezuma, tenía Covid; Ebrard andaba de paseo por Europa, así que no hubo una sola persona con oficio para exigir una recepción digna a las puertas de la Casa Blanca. Llegó solo y así entró. No le revisaron la extensión del discurso (parecía informe de Gobierno de la era de Echeverría), no cuidaron los matices ni la claridad del mensaje.
Lo peor es que volvieron a organizar otro “aquelarre” con acarreados desde la ventana de su hotel. ¿Nadie les ha dicho que ese tipo de actos son para celebridades? Marylin Monroe, Michael Jackson, Whitney Houston, Menudo o los Jonas Brothers podían hacerlo porque los fans averiguaban todo y eran capaces de dormir afuera de los hoteles
Pero no quieran hacernos creer que los “paisanos” de Washington investigaron la hora de llegada, el hotel en que se iba a hospedar y a qué hora se asomaría a la ventana para poder gritarle cuánto lo quieren. En Washington no es fácil dar con el hotel de un mandatario y que la gente llegue a la misma hora y de manera “orgánica”. Definitivamente les encanta el jueguito del “popular”, pero ni eso pueden hacer bien y creíble
Las fotos nos mostraron a un Presidente que no estaba “en su elemento”.
Cara de cansancio, tenso, los pies mal colocados, el saco abotonado cuando estaba sentado. No le ayudaba que Biden, un tipo mucho mayor que él, estaba relajado, sonriente, dueño de la situación. No han explicado la razón de esta visita intempestiva, cuando antes se negaba a salir del País.
Dos días después vino la gran “casualidad”. La Marina (con el apoyo ahora negado de la DEA) tuvo a bien atrapar a Rafael Caro Quintero. Un enemigo jurado de los estadounidenses porque le achacanla autoría del asesinato del agente Enrique Camarena Salazar, allá por 1985 en Guadalajara
Difícil ocultar que esa detención fue una exigencia que Biden puso sobre la mesa y es un golpe seco al interior de la 4T. Le pega a los “abrazos no balazos” y, de pasadita, pone en aprietos a Manuel Bartlett, uno de los pillos más protegidos por el señor que vive en Palacio Nacional.
Esta visita deja muy vulnerable la imagen de un AMLO que en sus mañaneras es un tipo soberbio y poderoso, pero en EU se transforma en un ogro domesticado. Y del golpe de la “No-First Lady” en la ventana del hotel no voy a hablar porque ya lo hicieron los miles de memes queconvirtieron ese episodio en lo más destacado del viaje sospechoso.
México… tenemos (más) malas noticias
EL PRI DESFONDADO
Y en Sonora, el capricho de “Alito” con su imposición de Onésimo Who en la dirigencia estatal priista, cada vez les sale más caro. Las renuncias de Mario Welfo, Natalia Rivera y Ernesto “Pato” de Lucas son sintomáticas de lo mal que andan y laausencia de liderazgo.
Lo explico. Welfo representa a esa militancia convencida que no estaba ahí por las candidaturas sino por la convicción de creer en los principios de lo que hace muchísimos años fue ese partido. Con Natalia se va una de las figuras emergentes, la mujer más visible y capaz de la última década. Y con el “Pato”, pues nada más pierden al último líder auténtico que les quedaba, el último presidente estatal, que aguantó de más. El PRI está teniendo un final lamentable, con falta de líderes que enfrenten a un Alejandro Moreno excedido, rebasado, metido en escándalos a nivel nacional. Si nadie toma la estafeta para exigir respeto al interior van a terminar desapareciendo muy pronto. En Sonora no se les puede augurar nada bueno.
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