El cambio sin cambio…
Era la época de “la dictadura perfecta”, con el PRI decidiendo las vidas de todos los mexicanos. La corrupción rampante, el desaseo de la política.
Un cambio de año, para la gente normal, no implica algo más allá de buenos deseos, proyectos por cumplir que casi siempre se quedan en eso. Para los políticos representa un momento ideal para soltar demagogia, a través de frases y eventos donde tratan de convencernos que son lo mejor que nos pudo haber pasado. En el mundo real es solamente un cambio en el calendario, porque todo sigue igual, estamos en un bucle social y político. Vean los sucesos de este “cambio” de año.
1.- Cajeme lamentablemente inició igual. En 2021 hubo 735 ejecuciones y en los primeros tres días ya van más de seis. El alcalde no le entiende, la novedad es que reconoció que “las estrategias (¿a poco hay?) han fallado, pero están trabajando para bla, bla, bla”. Quién sabe qué signifique para él eso de buscar resultados positivos si mantiene al mismo comisario de Seguridad que estuvo en la anterior administración, que fue desastrosa. No se puede cambiar haciendo lo mismo. Y desde el Estado tampoco se han enterado. Por lo menos no han tenido el detallazo de ir a firmar un “convenio por La Paz” en aquel municipio. No se burlen, un día de estos les van a funcionar, jaja.
2.- La pandemia está aquí, hay filas de autos con personas que buscan hacerse la prueba, seguramente porque tienen síntomas. También hay muertos y hasta el Presidente aceptó ayer que se han disparado los casos. Pero en Sonora seguimos esperando que don José Luis Alomía nos informe día con día qué está pasando. El secretario de Salud no muestra la realidad a los sonorenses. ¿Cuántos contagios hay?, ¿en qué municipios?, ¿cuántas personas fallecieron ayer?, ¿ya llegó el Ómicron al Estado? ¿Qué medidas debemos tomar los ciudadanos? La ausencia de información es irresponsabilidad, la irresponsabilidad es otra variante de la corrupción.
3.- Guaymas vive momentos complicados con la inseguridad, con la infraestructura, los servicios públicos. Los regidores tienen sesión y no tocan los temas que afectan a los guaymenses. Mejor siguen las órdenes de “alguien” y quitan el nombre de Manlio Fabio Beltrones al bulevar de entrada en San Carlos. ¿En serio no entienden que eso es algo superficial?, ¿tampoco pueden entender que se debe gobernar con el cerebro y no con el estómago? Muy temprano para andar cobrando cuentas políticas del pasado. No se trata de si el nombre fue o no bien puesto, sino de las prioridades de los políticos modernos. Ajá.
4.- En Atlacomulco pusieron una estatua de AMLO. Dos días después la derribaron. Un ejemplo claro de la peligrosa polarización que estamos viviendo como sociedad. Y el personaje afectado es quien lo ha ocasionado. Qué pena.
5.- Y, para acabarla de fregar, los Mayos eliminados. Y pensábamos que este era el año. Ya vendrá la temporada 22-23.
DON JORGE
Fue un gran hombre. Un hombre que se atrevió a entregarse a su ciudad, a su Estado. Descanse en paz don Jorge Valencia Juillerat. Fue dirigente de Coparmex y desde ahí pudo ver que el País no caminaba de la manera adecuada. Era la época de “la dictadura perfecta”, con el PRI decidiendo las vidas de todos los mexicanos. La corrupción rampante, el desaseo de la política. Había priistas buenos, por supuesto, pero los “notables” eran nefastos. Formarse en las filas de la oposición, especialmente el PAN, era riesgoso. De manera inmediata llegaban los ataques desde la entrañas del poder. No le importó, lo invitaron a buscar la alcaldía de Hermosillo y lo hizo con una campaña intensa pero seria, de altura. Eran tiempos de panistas congruentes que tanta falta hacen en este siglo. Se convirtió en alcalde en 1997 y tuvo una administración recta, responsable, directa, cercana al pueblo. No se enriqueció en la política, al terminar su periodo regresó a su vida como empresario productivo. Mucho hay que agradecerle, mucho habría que aprenderle. Eso debería ser la política, un espacio en el que se buscara el bien común, no el poder por el poder o el dinero del pueblo. En este caso aplica la frase de otro hombre ejemplar de esa época, el doctor Moisés Canale, cuando le pregunté la manera en que le gustaría ser recordado: “Como un hombre que quiso hacer el bien, nada más”. Es la mejor frase que se me ocurre para describirlo. Misión cumplida, don Jorge. Gracias por su legado, por su vida.
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