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El PRI en su laberinto

Repiten los mismos errores de aquellos años de borracheras, excesos y corrupción desenfrenada.

El 2 de julio de 1989 inició la debacle del PRI. El domingo pasado fue bastante negro para un partido que lo tenía todo, era dueño de todo, pero los excesos, los malos gobiernos, los personajes nefastos lo fueron borrando.

Hoy, 33 años después de aquel día en el que el panista Ernesto Ruffo ganara la gubernatura de Baja California Norte (así se llamaba entonces), el dinosaurio ya no está ahí. Durante tantos años de derrotas no aprendieron las lecciones.

Repiten los mismos errores de aquellos años de borracheras, excesos y corrupción desenfrenada. En aquel 1989 el dueño de la franquicia era Carlos Salinas de Gortari y personalmente impuso a Margarita Ortega como la rival de Ruffo, pensando que los tiempos del carro completo nunca acabarían. Ahora fueron arrasados por Morena, esa reedición de aquel nefasto priato.

Lo que queda de esa franquicia le pertenece a Alejandro Moreno y hace lo que le pega la gana sin que lo cuestionen.

Decide todos los candidatos, regala las plurinominales a sus “compas”, quita y pone dirigentes estatales e impone lo que quiere, como lo hizo en Hidalgo y Oaxaca, los dos estados que tenía en disputa este año y en ambos fue apaleado por los de color morado. Moreno, que ahora se apresta a dominar a los otrora broncos sonorenses (que papel tan lamentable están haciendo), ha hecho todo tan mal que en Quintana Roo corren el riesgo de perder un registro local por primera vez en su historia.

Ahí fueron solos y su candidata quedó en último lugar, con menos del 3%. Se podrá salvar si los votos por los diputados locales pasan de esa cifra. Pena ajena.

Es un momento lamentable, pero muy merecido. Los priistas no cambian ni siquiera se rediseñan. Son los mismos nombres, las mismas familias, los mismos amigos y la misma “disciplina”.

No se han enterado que su prestigio está tres metros bajo tierra. Tocando el tema Sonora tengo una pregunta: ¿En serio Onésimo Aguilera y Pascual Soto es todo lo que tienen? Eso es lo que se llama “caballada flaca”.

Ya ni para el partido tienen trayectorias de El PRI en su laberinto nivel. Lo bueno es que están Iris Sánchez Chiu y Zaira Fernández, pero en serio que mal “fart” con sus “ases”.

En el otro lado está Morena, un partido que ahora se jacta de tenerlo todo. Bueno, casi todo. Su meta era el “carro completo”, pero ya no están los tiempos para eso. Ganar cuatro de seis es un gran triunfo. Tener 20 gubernaturas apenas ocho años después de su fundación, jamás se lo imaginaron.

El problema es que no entiendan las responsabilidades y la necesidad de llenar las expectativas de ese pueblo que les ha dado el voto. Un voto obtenido vía el hartazgo popular ante unos tipos prepotentes, ambiciosos, que se sentían dueños de cada centímetro de la Patria y cada célula de sus gobernados.

Morena empieza a caer en esas actitudes, pero no se dan cuenta. Hay un gen priista que si no eliminan, los va a aniquilar aunque ahora se sientan invencibles. Deben revisar la historia para encontrar que en junio de 1989, el PRI tenía todas las gubernaturas, los municipios más importantes y sus aplanadoras en el Congreso de la Unión.

Hoy, solamente les queda Coahuila, el Estado de México y “Alito”. Ah, pero insisten en seguir con sus “dedazos” tan lamentables, ahora hasta con personajes grises y desconocidos. Morena ganó cuatro gubernaturas que no tenía, pero si no hace ajustes en la manera de gobernar, las van a perder a la misma velocidad que lo hicieron los de su partido paterno.

Un ganador del pasado domingo fue el PAN. Se posicionó como la opción más seria, un papel que conocen muy bien. Ganaron dos, aunque en Durango el candidato supuestamente era priista, todo el operativo fue azul. La derrota la tuvieron en Tamaulipas y bastante cerrada.

Los azules saben ser opositores y en los estados que gobiernan lo están haciendo bastante bien. Quien está en problemas es Dante Delgado. Su “nana-nana” fracasó por los cuatro costados. Cinco entidades entre dos y seis puntos y solamente una (Quintana Roo) con doble dígito, pero en tercer lugar.

No, no son la tercera fuerza ni el partido bisagra ni la tercera vía. O le bajan a sus “aires” o les va a pasar lo que a su “brother” tricolor. Y del PT, Verde y PRD no hay mucho que decir porque viven en plan de garrapatas. Chupando sangre del animal que los deje.

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