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Economía 2020

<span style="font-style:normal"><span style="font-variant-ligatures:normal"><span style="font-variant-caps:normal"><span style="font-weight:400"><span style="letter-spacing:normal"><span style="orphans:2"><span style="text-transform:none"><span style="white-space:normal"><span style="widows:2"><span style="word-spacing:0px"><span style="text-decoration-style:initial"><span style="text-decoration-color:initial">La cuestión económica junto con la seguridad son las asignaturas pendientes más importantes de la 4T. </span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span></span>

La cuestión económica junto con la seguridad son las asignaturas pendientes más importantes de la 4T. Lo reconoció el propio Presidente en el mensaje que dio con motivo de su primer informe de actividades. En particular la desaceleración del PIB y la baja generación de empleos han sido nota a lo largo del año. La expectativa de crecer al menos 2% en el 2019 se fue diluyendo conforme avanzaba el calendario. Hoy el mejor escenario sugiere que se ubicará en alrededor de 1%.

La debilidad económica está impactando el mercado laboral. Al término del primer semestre apenas se crearon 300 mil empleos, casi un 50% menos de lo requerido. Las causas que explican el precario desempeño de esas variables económicas son varias, aunque destaca la política restrictiva promovida por El Banco de México, que ha fijado una tasa de interés excesivamente alta: Luego de la de Argentina es la más alta del mundo; también está afectando el subejercicio del gasto público y, además, especialmente, el entorno internacional caracterizado por una peligrosa disputa comercial que se traen China y el Gobierno de Trump.

La atonía de la economía nacional no se superará en lo que queda de 2019 y tampoco a lo largo del 2020. Sostenerlo así es posible dado el paquete económico entregado ayer por la Secretaria de Hacienda al Congreso de la Unión. De la información dada a conocer se desprende que el crecimiento seguirá bajo, entre 1.2 y 2.2%; la inflación se estima que girará alrededor del 3.4%; el tipo de cambio en 20 pesos por dólar y el precio del barril de petróleo en 53 dólares. Como vemos, no se adelanta nada espectacular para el próximo año. 

Cierto que estas previsiones pueden cambiar significativamente si se modifican algunos factores que inhiben la recuperación del dinamismo. Por ejemplo, es posible que la incertidumbre internacional se disipe si los chinos y norteamericanos logran ponerse de acuerdo y terminan de una vez por todas la guerrita comercial que se cargan. Esto no es parece nada descabellado, a juzgar por los trascendidos de última hora. 

También es probable que Hacienda decida darle un empujoncito mayor al crecimiento; ocurriría si opta por elevar el déficit público y con ello libera una buena cantidad de recursos que, al aplicarse en proyectos de infraestructura que están a la espera de financiamiento, logren reactivar la inversión, factor determinante en la debilidad que arrastra la economía mexicana. De hecho, el ABC de la teoría macroeconómica recomienda aumentar el gasto público en coyunturas de bajo crecimiento y reducirlo en caso contrario.

Una parte importante del paquete económico tiene que ver con los ingresos destinados a los estados y municipios, de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal. Como se sabe, dichos montos conforman mayoritariamente el presupuesto de esas entidades. La información que hasta ahora conocemos no es suficiente para aseverar que fueron ajustados a la baja, como temen o sostienen algunos analistas, pero, de confirmarse esa especie, los estados y municipios sufrirían con dureza los estragos de la política de austeridad republicana enarbolada por el Gobierno de la 4T.

La dura frugalidad impuesta por López Obrador ha restringido notoriamente el presupuesto en muchas dependencias de la administración federal. Por lo menos eso se colige de las denuncias hechas por parte de la comunidad científica inconforme con los recortes aplicados a sus actividades; también por quienes trabajan en el servicio exterior mexicano y en varios programas del sector social.

Ese tipo de austeridad que se experimenta en el ámbito federal no llegó a los estados y municipios pues las participaciones que les correspondían no registraron recortes; de hecho, este año recibieron un incremento real de alrededor de 8%. Ahora bien, si el presupuesto de egresos del Gobierno federal para 2020 viene recortado en las participaciones federales para los municipios, entonces éstos y los gobiernos estatales deberán ajustarse el cinturón, ahora sí en serio.

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