¿Dónde estamos electoralmente?
Escuchaba en la radio a dos candidatos a diputados por la alianza prianista que se esforzaban por transmitir un mensaje inspiracional. No lo lograron.
Escuchaba en la radio a dos candidatos a diputados por la alianza prianista que se esforzaban por transmitir un mensaje inspiracional. No lo lograron. Terminó la entrevista sin pena ni gloria; nada trascendió de esa incursión radiofónica de la que seguramente los aspirantes a San Lázaro esperaban mucho. Difícil atrapar la atención del ciudadano que aún sufre las molestias de un largo confinamiento.
Por su parte, los contendientes a las alcaldías aún no empiezan la campaña. Lo harán a partir del 24 del mes en curso. Se puede adelantar que también registrarán el desaire que experimentaron los aspirantes a un escaño federal. Probablemente la disputa por la capital sonorense logre despertar el interés del respetable, toda vez que la abanderada morenista se cuece aparte cuando se trata de atraer la atención de la gente.
Los candidatos a la gubernatura siguen en lo suyo. Se reúnen con empresarios, con mujeres, con jóvenes. La pandemia ha reducido los espacios y el color que en el pasado tenían los procesos electorales. A poco más de 45 días de la votación algunos estudios demoscópicos han empezado a mostrar un fenómeno interesante: La candidatura morenista se ha despegado de los otros aspirantes. Ha explotado, dicen los expertos. Massive caller, aunque no es una encuestadora confiable, está documentando esa tendencia. Hasta hace unas semanas la diferencia que esa encuestadora registraba entre Durazo y Gándara era de alrededor de 4 ó 5 puntos. Empate técnico, festinaban los periodistas afectos al ex priista. Ahora la pone en más de 17 puntos ¿Qué explicaría la ampliación de la brecha entre los contendientes? Son varios los factores que influyen y serán materia de una colaboración próxima.
Concentrémonos por ahora en visualizar los posibles sucesos de lo que queda de campaña, para ubicar qué circunstancias pudieran poner en duda la aparentemente inevitable victoria del oriundo de Bavispe. 17 puntos es una diferencia muy grande como para remontarla en los días que faltan. Supongamos que Massive caller está exagerando la distancia entre ADM y EGC y partamos de que esta sea de 8 ó 10 puntos. Habría que preguntarse qué eventos amenazarían la ventaja del morenista. Si la campaña sigue como hasta ahora, es decir, reuniones con empresarios, jóvenes, mujeres, etc., no se visualizan riesgos que pongan en entredicho la victoria de Durazo. Pero el calendario electoral marca también actividades que se alejan de la rutina observada hasta ahora: Los debates. De acuerdo con la información del Instituto Estatal Electoral, se celebrarán dos encuentros entre los seis candidatos a la gubernatura. El primero el 27 de abril y el segundo el 18 de mayo. Muchos consideran que el performance en el debate determina el desenlace de la elección. No creo que así sea, o por lo menos habría muchos contraejemplos que desdicen esa tesis. En el 2015, en el segundo debate por la gubernatura de Sonora, la actual mandataria tuvo un desempeño muy pobre, para el olvido. En cambio, el abanderado panista se desempeñó muy bien y salió airoso de ese encuentro. Ganó el debate sin mayores contratiempos. Sin embargo, las encuestas, lejos de reflejar esa circunstancia, ampliaron la delantera de Claudia Pavlovich quien para entonces lideraba las tendencias electorales.
Si nos atenemos a esa experiencia deduciríamos que los debates no repercuten en el voto ciudadano. Esta conclusión sería incluso más robusta si se toma en cuenta que el formato está diseñado para eludir un verdadero intercambio de ideas y de contrastes. Los candidatos tendrán 8 minutos efectivos para mostrar empaque para dirigir el Gobierno de Sonora. Tendrán un minuto para un mensaje de despedida y 90 segundos para réplicas y contrarréplicas. Comparto la opinión formulada por algunos colegas quienes señalan que el formato está delineado para que se luzcan los moderadores seleccionados. Serán los verdaderos protagonistas del debate y se corre el riesgo de que los candidatos queden en segundo plano. Siendo así, cabría esperar que el debate no influirá en la decisión del votante.
Álvaro Bracamonte Sierra
Álvaro Bracamonte Sierra. Doctor en Economía. Profesor-investigador de El Colegio de Sonora.
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