De convenios y realidades
¿Hacia dónde va México? ¿Hacia dónde va Sonora? ¿Hasta dónde creerle a AMLO? ¿Hasta dónde creerle a Durazo? Son preguntas que nos hacemos en estos tiempos tan complicados, tan polarizados, tan difusos, tan…
¿Hacia dónde va México? ¿Hacia dónde va Sonora? ¿Hasta dónde creerle a AMLO? ¿Hasta dónde creerle a Durazo? ¿Existe algo de fondo en la 4T o es una falacia creada en la mente de un personaje que se siente “iluminado” y que le han comprado personas necesitadas de una solución inmediata ante años y años de caos e incertidumbre? Son preguntas que nos hacemos en estos tiempos tan complicados, tan polarizados, tan difusos, tan…
Esta semana vivimos nuevos “flashazos” de nuestra realidad:
1.- El crimen. No hay forma de detenerlo. En Cajeme asesinaron a un niño de 3 años, al día siguiente hubo más de diez ejecutados. El jefe de seguridad de ese municipio intentó explicar algo así como que, si la gente no denuncia la violencia no podrá parar (lo dijo en serio y es hora que no lo despiden). A nivel estatal, el tema fue completamente ignorado. Alfonso Durazo y María Dolores del Río se limitaron a organizar un mega evento: El gran lanzamiento del “Convenio por La Paz”, cualquier cosa que eso signifique para ellos. El Gobernador que dice detestar La Treintena Trágica (más o menos así define la vida política y social de Sonora, desde 1991 a la fecha, aunque hizo una pausa para “exonerar” el sexenio de Eduardo Bours) sale con “soluciones” tan irreales como las de entonces, pero, al menos, aquellas farsas eran mejor organizadas en lo mediático. ¿En serio quieren convencernos de que, con un documento firmado por los alcaldes y las autoridades estatales, acabarán con la inseguridad? Mmmh, entonces, ya entrados en gastos, firmen un convenio contra la pobreza, otro contra el analfabetismo, otro contra el desempleo y, ¡PUM!, acabarán nuestros problemas. Si pueden incluir un Convenio Contra los Baches se les va a agradecer en el alma.
2.- La nieve. Y a propósito de los baches, fue lamentable la postura del Presidente ante una petición de 6 mil millones de pesos, que hizo el ex alcalde Fermín González y que él “endosó” a Toño Astiazarán. “Yo le diría: ¿Y tu nieve de qué la quieres?”, dijo en plena mañanera, en uno de esos momentos en que le gusta pensar que es un “standupero” (muy malito, por cierto). Astiazarán quiso jugar con el asunto y respondió que muy rica la nieve si viene acompañada de recursos para las calles. Después su equipo se engolosinó y quisieron convertirlo en “influencer” promotor de neverías. Le faltó pedir respeto a los hermosillenses, pero está en la etapa de “jugar con el score”.
3.- Las visitas. Y ya que entramos al tema de los “influencers”, han de saber que esta semana estuvieron en Sonora dos muchachos con trayectorias extrañas, pero que encontraron su mina de oro en el negocio de los videos y audios superficiales en las redes sociales. Luisito Comunica y JuanPa Zurita llegaron a Hermosillo y el Gobernador festinó su visita. ¿En serio? Se puede entender que piense que de esa manera “conecta” con los millenials, pero francamente fue un exceso bizarro. Hay muchos jóvenes sonorenses valiosos, destacados, que se dedican a estudiar y desarrollarse en preparatorias y universidades. No han buscado el camino fácil del “influencer” que no produce nada. Pero a ellos, los gobernantes no los voltean a ver. No representan tantos votos. Lástima.
4.- El ejemplo. No es una jovencita, pero es una excelente maestra. En mexicana, queretana, se llama Diana Lorena Rubio y fue nominada entre los 10 mejores maestros del mundo. Compite por un millón de dólares que ofrecen en “Global Teacher Prize 2021”, de la Fundación Varkey. Debe haber muchos maestros sonorenses con méritos para competir ahí y se les debería promover. Su problema es que no tienen muchos seguidores en Instagram, como “los luisitos y juanpas”.
5.- El egoísmo. Volvió Gatell y lo hizo “a lo Gatell”. El ineficaz “Zar del Coronavirus” tuvo la ocurrencia de asistir a una conferencia en la Feria Internacional del Libro del Zócalo. El muchacho salió con que el uso del cubrebocas era “el instrumento con que las personas egoístas y los grupos sociales egoístas trataban de echarle la culpa a los demás”. Ahora resulta que si uno se pone el cubrebocas pensando solamente en su salud es algo terrible. Ya casi llegamos a los 300 mil muertos en la pandemia, pero todo fue ocasionado por el egoísmo, no por las estupideces cometidas por Gatell, AMLO y sus “estrategas”.
El autor es periodista sonorense, con 40 años de experiencia. Nieman Fellow ‘99, por la Universidad Harvard. Ganador del premio SIP opinión en 2008. Correo martineholguin@gmail.com
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