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Cuatro meses después

Cuatro meses coexistiendo con el virus; hoy presento aquí una selección de sus lecciones.



Cuatro meses coexistiendo con el virus; hoy presento aquí una selección de sus lecciones. Sabemos que cuando SARS-CoV-2infecta a una célula se vale de esta para replicarse por millones de virus idénticos antes de que la célula muera. Por microscopía electrónica conocemos su rostro y su corona y que cabe 10 mil veces en un milímetro (imagen adjunta).

Desde su aparición en China se demostró que es capaz de transmitirse entre personas aún sin sentir molestia alguna; los más recientes modelos matemáticos indican que los individuos infectados pero no confirmados pueden ser tantos como el 85% del total de infectados y, como estos no se aíslan, pues siguen siendo focos ocultos de transmisión a razón de 2 a 2.5 contagiados por cada infectado: Más del doble del poder de contagio de un infectado por influenza.

La poca detección de infectados se debe en buena parte a que para confirmar un caso se requiere hoy una prueba molecular, compleja y costosa, y esto podrá abatirse cuando se tenga una prueba eficaz a partir de la identificación en el suero sanguíneo ya no del virus sino de los anticuerpos que produce un individuo infectado contra el virus y este tipo de pruebas es mucho menos costoso; mientras esto se logra, la magnitud de la población expuesta al virus seguirá desconocida por años. También sabemos que este virus se transmite a través de las gotitas de saliva que expulsamos al toser, estornudar, quizás reír o gritar, pero también se conoce que se transmite por la ruta fecal-oral, por ejemplo agua o alimentos contaminados con excremento, hecho frecuente en regiones insalubres; buen número de sitios de nuestro País caen en esta condición.

La afección por vía digestiva podrá relacionarse con manifestaciones gastrointestinales como diarrea y vómito que han ocurrido hasta en la cuarta parte de los enfermos en algunas regiones. El virus se ha encontrado también en gotas de lágrimas. Al paso de las semanas hemos aprendido que los síntomas no sólo son tos, fiebre, falta de aire, malestar general y/o dolores musculares sino otros inicialmente desconocidos como pérdida de olfato y gusto. Quedó claro que la enfermedad es más agresiva en personas de edad avanzada, diabéticos, obesos e hipertensos.

El caso Nueva York nos ha enseñado que una tercera parte requieren intubación y ventilador y que de estos el 30% no logran aumentar su oxígeno en sangre y se deterioran más rápidamente. La experiencia en el Reino Unido ha mostrado que mientras el 80% de los pacientes en unidades de terapia intensiva (UTI) por neumonía que no es Covid-19 sobrevive, apenas el 50% de los casos en UTI por Covid-19 sale adelante. Buen número de casos se ha complicado por formar coágulos en la sangre circulante lo que ha sugerido el uso preventivo de anticoagulantes.

Varios medicamentos se prueban con esperanza, pero habrá que ver los resultados de estudios bien diseñados bajo riguroso método científico. Finalmente, parece que podría haber en el embarazo con Covid-19 transmisión vertical (de madre a feto) como ocurre con rubeola, VIH, etcétera. No menos importante ha sido ver que países con sistemas sanitarios robustos han sido más afectados que otros con sistemas débiles y queda por estudiar por qué en una misma región el virus ha golpeado de manera tan diferente en unos sitios que en otros. Pero no todo es ciencia pura: He leído un documento que señala a Irán y China por falsear datos sobre la pandemia… se puede apostar que no son los únicos.

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