Buenas y malas noticias económicas
Se confirmó la caída del PIB en el primer trimestre del año: Poco menos de 0.2% es el dato definitivo.
Se confirmó la caída del PIB en el primer trimestre del año: Poco menos de 0.2% es el dato definitivo. Es una mala noticia para las autoridades de la 4T que aspiran a que la economía crezca por lo menos 4% en promedio al finalizar el sexenio; de hecho, este ritmo pone en entredicho el objetivo de crecimiento de 2% establecido para el año, aunque AMLO ha expresado que aun hay tiempo para que la economía se reactive y conseguir la meta planteada para 2019.
Vale la pena señalar que la desaceleración económica al inicio de un sexenio ha sido habitual en la historia de México, o por lo menos lo ha sido en los últimos 30 años, aunque en esta ocasión la contracción es mayor si se le compara con las registradas previamente. Las razones que explican esa disminución se vinculan a un creciente subejercicio presupuestal y también a una austeridad que por momentos tiende a paralizar la operación del aparato gubernamental.
La apuesta es a que dicha desaceleración sea temporal y que pronto se reactive el crecimiento, lo cual dependerá de una aplicación eficiente del gasto público y de que la reorientación presupuestal que favorece el gasto de inversión y el apoyo a los más pobres del País dé resultados en el corto plazo.
En forma complementaria se dan a conocer noticias que alimentan el optimismo. Por ejemplo, el Presidente anunció un incremento de la inversión extranjera directa de 7% en el primer trimestre. También la inversión en la bolsa de valores se incrementó en 27%. Son datos que revelan la confianza de los inversionistas internacionales en la economía mexicana. Si a ello se agrega que varios bancos de inversión aceptaron refinanciar los pasivos de Pemex, entonces se visualizan buenas perspectivas financieras para México luego de las turbulencias que trae consigo el inicio de un nuevo régimen de Gobierno.
No son las únicas buenas noticias que han llegado recientemente; hay muchas más. Por ahora me centraré en dos que resultan interesantes: La dinámica observada en el flujo de exportaciones y la evolución de la tasa de inflación. Durante la semana pasada se informó que las exportaciones se recuperaron significativamente en el mes de abril, luego de que en marzo registraran un desplome notable. En abril las ventas al extranjero se elevaron poco más de 6% respecto al mes anterior; en particular cayeron las exportaciones petroleras y las generadas por la industria extractiva (menos 14 y 22%, respectivamente), pero se elevaron las ventas del sector agropecuario y las de manufacturas. Que se hayan incrementado las exportaciones tiene que ver con el comportamiento favorable que registró la economía de Estados Unidos, cuyo crecimiento en el primer trimestre de 2019 se situó a una tasa superior al 3%.
El otro dato positivo es la evolución de la inflación, fundamental en materia de estabilidad macroeconómica pues el comportamiento de la inflación dice mucho sobre la capacidad de las autoridades monetarias para manejar correctamente los hilos de la economía. Los datos son contundentes: De acuerdo con Gerardo Esquivel, subgobernador del Banco de México, existe la percepción de que la inflación ha aumentado en los últimos años; nada más equivocado, señala el prestigiado economista. De hecho, sigue Esquivel, la inflación acumulada de diciembre a abril de este año es la segunda más baja en lo que va del siglo: Apenas 0.50; la más baja ha sido en 2015 con 0.25.
Como vemos hay buenas y malas noticias en el campo de la economía. Ojalá las primeras se expresen en una reactivación del crecimiento y en la generación de más y mejores empleos.
Llegaron las elecciones
El próximo domingo se llevarán a cabo elecciones en varias entidades de la Republica. Probarán si el efecto AMLO sigue firme o se ha desvanecido. Por lo pronto, los sondeos apuntan a que Morena ganará sin dificultades las gubernaturas de Puebla y Baja California.
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