Borolas y la felicidad presidencial
Ahora resulta que el detalle más sobresaliente del “informe” será que todos y cada uno de los mexicanos estamos pletóricos de felicidad.
Si por la víspera sacamos el día, el próximo domingo tendremos un mensaje presidencial lleno de esas frases que van construyendo una novela sexenal al más puro estilo del realismo mágico.
Ahora resulta que el detalle más sobresaliente del “informe” será que todos y cada uno de los mexicanos estamos pletóricos de felicidad y que Felipe Calderón es la reencarnación viva de “Borolas”.
¿En qué momento este País cayó en un nivel tan bajo? ¿Un Presidente diciéndole a un antecesor que se veía ridículo con uniforme militar? ¿Eso les parece gracioso? ¿Es correcto que AMLO se burle de Calderón y al mismo tiempo de aquel actor ya fallecido de nombre Joaquín García, el mismo que acompañaba a María Victoria en “La Criada bien Criada”? Porque en el contexto que lo dijo, la comparación es ofensiva para ambos lados.
Calderón se enganchó y le respondió algo así como que si a él le quedaba grande el uniforme militar, a “otros” les quedaba grande el puesto. Sí, aunque muchos en Twitter lo festejaron con memes y agresiones al ex Presidente, la realidad es que nuestro nivel de debate de los temas públicos es lamentable.
Y encima tenemos el tema de la felicidad generalizada en la que el señor Presidente dice vernos a todos los habitantes de este País, lo cual, en el remoto caso de que fuera cierto (lamento decirle que yo tengo otros datos), parece que el señor que vive en Palacio Nacional cree que es mérito de él y su Gobierno. ¿O por qué otro motivo lo iba a ofrecer como un adelanto de su “informe”? A menos que no tenga nada mejor que presumirnos a estas alturas de su mandato.
Le preguntaron al Presidente de dónde había sacado esa información y respondió que de una encuesta del Inegi. Unos días después el mismo Inegi aclaraba que el “crecimiento” de la economía del primer semestre del 2019 no había sido de 0.1%, sino de 0%. ¿Cuál fue la reacción presidencial? Resulta que no podía contradecir a su “fuente” y se limitó a asegurarnos que eso no le preocupaba mucho, porque “vamos muy bien, muy distinto a lo que piensan los expertos”.
La semana de la felicidad presidencial tuvo matices que rayan en lo bizarro. La secretaria de Gobernación asegura estar negociando con el crimen organizado, después su Secretaría aclara que en realidad era con grupos de autodefensas y un subsecretario va a Michoacán a ratificar esa “política”. Esto ocasionó que el Gobernador michoacano, Silvano Aureoles, se molestara y les recordara que las autodefensas son quienes agredieron y humillaron militares hace unas semanas, así que el Presidente tuvo que regañar al subsecretario Ricardo Peralta en la Mañanera, recordándole que le habían prohibido esos acercamientos en reunión del gabinete de seguridad.
Y eso no fue todo, el presidente del Congreso de Baja California nos salió con que habrá una consulta para que el pueblo sabio ratifique la “Ley Bonilla”, esa estrategia que se sacaron de la manga para que el periodo del nuevo Gobernador de esa entidad pase de dos años a cinco. Qué fácil y qué conveniente esa “solución”. Si eso llegara a suceder, entonces nada impediría que la próxima Legislatura federal (si no es que los actuales toman valor y se la avientan) decidiera “ampliar” el periodo lopezobradorista de seis a 10 o doce años, para luego hacer una “consulta nacional” (a mano alzada en alguna plaza de Tabasco) donde todo se ratificara.
Recapitulando, francamente es patético el nivel al que nos están llevando las frases presidenciales. Entre amigos es chistoso poner sobrenombres y hasta se quedan con ellos. Recuerdo al “chipote”, al “ratón”, al “borja”. Pero de ahí a que un Presidente le diga “Borolas’ a un ciudadano que debería merecerle respeto y que, casualmente, también fue primer mandatario.
Que Gobernación acepte acercamientos con delincuentes o con personas que son supuestamente “buenas”, pero actúan al margen de la Ley (amnistía para todos) es preocupante y patético.
Todo eso sucede en vísperas del Primer Informe (oficial, porque ya van varios besamanos fuera de programa). Tengo curiosidad por saber qué nos va a decir de la Cuatro Carriles que no estuvo para abril ni para mayo ni para agosto y seguramente ni para diciembre.
Desde Palacio Nacional ven un mundo feliz. Acá abajo, en el mundo real, la sensación es que algo anda mal, algo anda muy mal.
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