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Arrancó formalmente el 2021

Sembrar la idea de que se está apretando la disputa por la gubernatura es sin duda una estrategia electoral que busca inyectar ánimo entre los simpatizantes.

El viernes 5 inició formalmente la campaña por la gubernatura de Sonora. Gándara lo hizo en Navojoa en un evento con mujeres donde el invitado principal fue Jorge “El Travieso” Arce; nada memorable aparece en los registros del discurso del hotelero. Sobre el candidato “emecista” destaca una nota curiosa: Se capacitará en nuevas masculinidades. Por su parte, el aspirante de la coalición Juntos Haremos Historia arrancó en la plaza Zubeldía, rincón emblemático para el movimiento progresista sonorense. En su discurso hubo frases que marcan distancia respecto a sus principales adversarios; uso conceptos que establecen una ruptura en la línea de continuidad representada por los otros contendientes. Dejó en claro que busca ser el candidato del cambio.

Las encuestas no se hicieron esperar en este inicio formal de las campañas, aunque es evidente que algunas fueron trabajadas para satisfacer propósitos propagandísticos de un candidato determinado. No nos ocuparemos de éstas para no perder tiempo. Vale la pena, en su lugar, detenerse en el sondeo publicado por El Heraldo apenas el martes 9, el segundo que presenta este periódico cuya adscripción ideológica no es precisamente cercana a AMLO y la 4T. En el anterior, divulgado hace más o menos un mes, le daba 15 puntos de ventaja a Durazo Montaño y en el de marzo, es decir el de esta semana, le otorga 17 puntos por encima de Ernesto Gándara, de tal manera que la distancia entre ambos aspirantes no sólo se mantuvo, sino que se amplió. Es un resultado que confirma la tendencia ya registrada por otros sondeos similares.

El comportamiento es interesante porque echa por tierra la idea de una contienda cerrada como sugería una encuesta de la revista Voz y Voto, que ha sido muy referida por periodistas cercanos al viejo régimen. Sembrar la idea de que se está apretando la disputa por la gubernatura es sin duda una estrategia electoral que busca inyectar ánimo entre los simpatizantes del candidato rezagado e influir en la percepción del electorado indeciso. Quieren hacer creer que es posible remontar la desventaja, como sucedió en el 2015 cuando Claudia Pavlovich rebasó al candidato panista y obtuvo una victoria holgada.

¿Podrá repetirse ese fenómeno en esta ocasión? ¿Qué tendría que ocurrir para que el abanderado morenista pierda impulso y su adversario principal empiece a remontar la diferencia y a la postre alzarse con un triunfo que en este momento se antoja casi imposible? Desde luego que se trata de un escenario factible, aunque con una probabilidad que tiende a cero. No se aprecia en Gándara la fuerza necesaria para una hazaña de esa dimensión; tampoco se logra ver una causa o propósito que logre animar a sus simpatizantes a trabajar con ahínco para cristalizarla.

Recordemos que en el 2015 la causa de los priistas giró en torno a desplazar a los panistas corruptos que habían saqueado las arcas estatales. Hoy esa causa no existe. Los tricolores gobiernan y la fama de corruptos los persigue como un mantra del cual les está resultando imposible escaparse. De hecho, cuando se le pregunta a la gente por cuál partido nunca votaría, el PRI es el que se lleva el primer lugar. Que ahora se hayan aliado al PAN, organización que vive sus horas más bajas en Sonora, no sólo no les ha sumado simpatías; por el contrario, se las resta, como se muestra al comparar la suma de los porcentajes que por separado alcanzaban el PAN y el PRI respecto a lo que hoy obtiene el candidato apoyado por el prianismo.

A menos de tres meses de la elección, el panorama favorece al oriundo de Bavispe y pinta desolador para Gándara y el menor de los Bours Castelo. Las ventajas o las desventajas en los sondeos podrán reafirmarse a la hora de seleccionar las fórmulas municipales y distritales que acompañarán a cada aspirante a Gobernador. En ese proceso todos los partidos corren riesgos de divisiones y fracturas, con consecuencias lamentables. Veremos cómo libran este momento los partidos y sus respectivas alianzas.

Alvaro Bracamonte Sierra. Doctor en Economía. Profesor-investigador de El Colegio de Sonora.

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