Aprender a perder lo que ganaste
La felicidad es dormir sin miedo y despertar sin angustia; desafortunadamente en el mundo hay muchos individuos que les está faltando esto.
Albert Espinoza es un escritor español que tuvo una infancia un poco dura: De los 14 a los 24 años batalló con cáncer en su vida. En una ocasión llegó a estar con un 3% de probabilidad de vida, y en otra se fue con sus padres a un hotel spa a pasar los últimos 30 días de su vida. Duró todo el mes y ya lleva algunos lustros de más.
Cómo sobrellevar la pandemia
Recientemente le preguntaron sus impresiones sobre el Covid-19, que por cierto a su país le ha impactado muy fuerte.
Al respecto de esto hace muchas remembranzas de su época en hospitales, y como aprendió durante esa década muchos aspectos que le marcaron en su vida.
Tuvo una gran influencia un paciente ya mayor, con quien tuvo muchas oportunidades de platicar. Una de las primeras frases que se le quedó muy grabada fue la siguiente: “Cuando crees que conoces bien todas las respuestas, llega el Universo y te cambia todas las preguntas”. Y esto en alusión obvia al mundo de los negocios y de la economía, mismos que se habrán transformado por completo al finalizar esta pandemia Dios mediante.
Otro aspecto que le recomendó fue que cuando ya saliera del hospital cada cierto tiempo “hay que parar el mundo”, y se lo decía en el sentido de salirte de tu actividad cotidiana para pensar, para escuchar buena música, para ver películas, para mejorarse uno como individuo y así poder mejorar el mundo. Creo que esta época de encierro casero se puede aprovechar de este modo.
El precio que pagó
La lucha contra el cáncer tuvo su precio en el organismo de Albert: Perdió un pulmón, una pierna, y un pedazo de hígado.
Aquí también entra en acción su compañero de hospital que cuando se entera por todo lo que ha pasado le menciona lo siguiente: “Vivir es aprender a perder lo que ganaste”. Y le explica: No perdiste una pierna, ganaste un muñón; no perdiste un pulmón, aprendiste que con la mitad de lo que tienes puedes vivir. El hígado te lo han cortado y dejado en forma de estrella, eres todo un Sheriff, llevas la ley por dentro.
Compañeros de cáncer
A propósito del enfoque positivo de las cosas, uno de sus compañeros de cáncer que también perdió un pulmón le comentaba que lo del coronavirus no le mortificaba, porque el día que llegue el virus a su organismo se ha de dar cuenta de los defectuoso que ya está y va optar por irse.
Y con respecto a que las pérdidas son ganancias, tiene otro amigos que tiene los brazos y las piernas parcialmente amputados, y que se considera “un tronco muy fuerte”.
A manera de conclusión
Albert comenta que aprender a morir es aprender a vivir, y que los miedos son dudas que no has resuelto. Cuando tengas una duda no dejes de buscar las respuestas, y por supuesto con personas que sepan, de confianza.
Hay un concepto de felicidad que le gusta mucho: La felicidad es dormir sin miedo y despertar sin angustia; desafortunadamente en el mundo hay muchos individuos que les está faltando esto.
Termina sus recomendaciones con dos frases que le sirvieron mucho en el hospital, la primera de ellas es “cuenta conmigo” y era para todos los pacientes que recientemente iban ingresando al nosocomio; la otra es “quédate conmigo”, cuando uno se encontraba con temor o inquieto.
Albert dice que en estos tiempos agregaría una: “Quédate en casa”, al parecer es una de las mejores opciones para evitar el crecimiento de la pandemia.
Estimado lector, nada que agregar a lo dicho por Albert, ¡feliz domingo de Resurrección! Sigue habiendo buenas noticias en este mundo.
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