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Adiós al Señor Amor

Y así me fue contando que “Señor Amor” la hizo por encargo para que la cantara Dulce en un concurso, que por cierto ganó. Su canción favorita no era “Adoro” o “Somos Novios”.

“¿Quieres conocerme bien? Te invito a que la primera sesión sea acá en Mérida, en mi casa”. Esa fue la respuesta de Armando Manzanero, cuando hablamos para pactar una entrevista sobre su vida, para publicar en la portada de la edición latinoamericana de Selecciones. Era junio del 2001 y la idea era tenerlo como figura central en la edición de febrero 2002, el mes del amor. Porque eso era lo que él y su música representaban.

Esperaba a un divo con aires de grandeza y se apareció un señor chaparrito, sonriente, sencillo, que se sentó relajado en un sillón y empezó a platicar como si nos conociéramos de toda la vida. “Cualquiera que trabaje y desarrolle su talento puede ser un triunfador. Le decía a mi mamá que yo tenía todo en contra: Feo, chaparro, cantaba más o menos y soy orgullosamente maya. Pero supe que era trovador y se me facilitaba sacar mis emociones para convertirlas en canciones”.

Me platicó la manera en que compuso temas como “Esta tarde vi llover”, que fue una tarde, mientras estaba solo en un restaurante de Insurgentes y Eje 6. Ya no era temporada de lluvia, pero llegó una de sorpresa y la gente empezó a buscar donde guarecerse. “Vi eso y empecé a escribir: Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú. Pero ese tú no existía porque en ese tiempo yo era completamente feliz y casado”.

Y así me fue contando que “Señor Amor” la hizo por encargo para que la cantara Dulce en un concurso, que por cierto ganó. Su canción favorita no era “Adoro” o “Somos Novios”. Una muchacha que trabajaba en su casa confesó que ese lugar lo ocupaba “Del altar a la tumba”. Y él no la desmintió.

Era tan sencillo que en una ocasión me invitó a comer lo que consideraba el mejor lechón del mundo. Fuimos al mercado en Mérida, llegamos a un puesto y obviamente todos lo saludaban con cariño. Pidió el platillo y, en efecto, es el mejor lechón que he probado en mi vida.

En aquella época hacía poco tiempo que había producido el “Romances” de Luis Miguel. “Una vez estábamos en su casa de Acapulco, en la playa, y Luis Miguel estaba como melancólico. El sol se estaba poniendo y me dijo: Armando, ¿sabes qué es lo que yo más quisiera en el mundo? No, tú tienes todo, no tengo idea de qué quisieras, le contesté. Y me dice: Quisiera estar de invitado en una boda y ser uno más de la fiesta, de los que tiran al novio al aire y que nadie quisiera fotos conmigo. ¿Te lo puedes imaginar? Eso que tú y yo tenemos cuando nos pegue la gana es lo que él más añoraba en la vida. Es triste, pero es real por eso debemos valorar lo que tenemos”. Y lo platicó así nada más, como si él no fuera una celebridad al nivel, o por encima, de Luis Miguel. Esa anécdota no la usé porque reflejaba la manera tan mundana como se veía, pero no era el protagonista.

Ayer falleció. Sus canciones estarán para siempre, su legado va a pasar de generación en generación porque tenía todo en contra, pero usó su talento para trascender en la vida. Gracias, Armando Manzanero. Descansa en paz.

CAB DESCANSO:

Otro simbolismo

La semana pasada les comentaba de López Obrador y su manejo de los simbolismos. Parece que sus seguidores quieren imitar esa misma estrategia y la muestra la tenemos en Sonora, donde Alfonso Durazo, (ese senador que no fue senador, el secretario que abandonó la nave con el “gran logro” de haber soltado al Ovidio, en Sinaloa) se echa a sus espaldas el féretro de Colosio. Un personaje del que fue particular, pero al que jamás defendió tras el asesinato. No sólo no lo defendió, aceptó puestos en el sexenio de Zedillo con tal de seguir en la entonces mafia del poder.

No le importa que Colosio sea un representante del priismo más rancio del siglo XX. Lo usará impunemente porque siente que puede darle votos del segmento de mayores de 45 años, que son más prácticos y analíticos cuando van a la urnas. Un extraño inicio de campaña el de Durazo. Sacaron un video con los logros de Marcelo Ebrard y lo presentan como “los amigos de Durazo’, como que pretenden hacer una serie de ellos. ¿Es en serio?

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