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2021: Elección ruda, digital y de incertidumbre en Sonora

No había control de contenido de mensajes en campañas ni spots como hoy. Vimos fuertes ataques de ambos lados que se transmitieron en horarios estelares de televisión y radio.

En la historia moderna de Sonora las elecciones del 2003 han sido las más competidas. Eduardo Bours del PRI ganó con menos de un punto porcentual a Ramón Corral del PAN. Fueron casi 7 mil votos de diferencia. Fue una lucha de clases políticas. Era el grupo de los empresarios fuertes del Sur que representaba Bours al empresariado y panismo de cepa hermosillense que encabezaba Corral. Eran dos formas de hacer política y ejercicio de poder que se proponía. Eduardo, de origen empresarial, pragmático, venció al grupo de poder en el Gobierno que encabezaba Armando López Nogales, gracias a su talento y poder económico que pudo no sólo detener la imposición que se intentaba desde Palacio de Gobierno, con Alfonso Molina Ruibal, sino que los desplazó. La contienda fue muy pesada. No había control de contenido de mensajes en campañas ni spots como hoy. Vimos fuertes ataques de ambos lados que se transmitieron en horarios estelares de televisión y radio. Ernesto Gándara, hoy la carta fuerte del PRI para competir por la gubernatura, era el operador de medios de Eduardo Bours. De hecho renunció a su puesto de encargado de Atención Ciudadana de la Presidencia de la República con Vicente Fox para venirse a respaldar a Eduardo. No había redes sociales, pero los medios jugaron un papel importante en lo que se publicaba. La llegada de Eduardo Bours era temida por la clase política de ese momento en Sonora, encabezada por los priistas del lopeznogalismo: El miedo a que un empresario manejara el poder en Palacio se convirtió en un estigma. Pero en el fondo se trataba de ese lugar que una parte del empresariado politizado en Sonora siempre intenta influir y dominar: El poder en Palacio de Gobierno. De ahí se deciden las principales y millonarias obras del Estado, la política pública de todos los temas, se cambian y ejercen las leyes vigentes, el poder Judicial, como hoy al servicio del poder fáctico y el PRI, como en el sexenio pasado asaltado por el PAN, sirve a los intereses del Gobernador en turno. Además de una agenda con Arizona que la maneja el Ejecutivo. Es mucho lo que está en juego para las elites del poder en Sonora. Eduardo ganó con astucia, eficacia y poder económico. El candidato o candidata ganadora tendrá que sumar esas tres variantes: Alianza social -empresarial, talento, poder económico, y, principalmente, convencimiento de los electores que estarán muy escépticos de ejercer el voto debido al desgaste del poder presidencial y el Gobierno de Sonora. Eso marcará mucho la contienda: Ver cómo llega Andrés Manuel López Obrardor en el 2021 y cómo dejará Claudia Pavlovich el Palacio. Serán cartas de presentación de los candidatos. Además el factor de la pandemia viene a replantear todo: La forma de comunicarse y ganarse el voto en el 2021 es muy diferente a todas las elecciones anteriores. Si en el 2015 las redes sociales jugaron un factor determinante, más en campañas negras y ataques entre los adversarios, ahora serán también las plataformas ideales para difundir mensajes y ganar votos. Desde los mítines, cafés, debates, videos, imágenes, todo tendrá que ser digitalizado y presentado en plataformas desde Facebook, Twitter, Instagram, Tik tok, Youtube, Zoom, WhatsApp, páginas de Internet. Si las medida sanitarias en la nueva normalidad se extienden, como todo parece indicar que estaremos medidos en semáforos, la actividad digital electoral será preponderante. Marcará el paso para ganarse el voto. El empresariado como siempre jugará sus cartas. Los más astutos saben que no pueden apostarle todo a una sola canasta. Los que tomarán partido tendrán el riesgo de ir a una pelea que no es suya. Pero una cosa está clara: La amenaza real para el status quo sonorense está en Morena. Son una cadena de intereses creados a los largo de los años que no está dispuesta a ser desplazada y peleará como nunca lo hemos visto. Todo se resume a esto: El poder económico. Quien llega a Palacio de Gobierno lo controla todo. Con un poder cada vez más dividido pero desde esas oficinas se ejerce el Gobierno que baja hacia los municipios. Vamos a una elección inédita. Aunque si el proceso de transición ordenada, negociada y pactada está en marcha, veremos otro escenario. Pero no hay rasgos aún para dar por vencido ni muerto a nadie. Es momento de hacer escenarios, proyecciones y tomarse en serio el arribo al poder. La gente está sumamente decepcionada de la política. Pero a un año de la elección, todo puede pasar.

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