Para confiar, evidencia
Cuando no hay confianza es imposible avanzar. La confianza no surge de repente sino que se gana cuando lo que se dice se demuestra de manera convincente y en cuestiones de ciencia lo que convence es la evidencia.
CORREO: jesus.canale@gmail.com
Cuando no hay confianza es imposible avanzar. La confianza no surge de repente sino que se gana cuando lo que se dice se demuestra de manera convincente y en cuestiones de ciencia lo que convence es la evidencia. Lo ocurrido con la vacuna rusa Sputnik V es una muestra muy clara de que hoy el mundo exige evidencia para confiar en algo.
Los resultados sobre seguridad y eficacia de esa vacuna no se habían mostrado por los medios confiables en Medicina, de hecho había cierto sigilo por parte de los investigadores que la produjeron liderados por Lenis Logunov (imagen adjunta), al no ofrecerse un avance de los resultados de la fase tres de la investigación por los medios regulares disponibles para la información científica.
Pero apenas hace cuatro días la versión en línea de la revista The Lancet publicó en 10 páginas el documento con resultados positivos que el grupo investigador sometió para su publicación y en ese mismo número apareció un comentario de dos científicos del Reino Unido confesando no tener conflicto de interés con el asunto y en cuyo último párrafo anotaron: “El desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por su prisa indecorosa, sus recortes y su falta de transparencia. Pero los resultados aquí presentados son claros y el principio científico de vacunación queda demostrado, lo que significa que ahora otra vacuna puede sumarse a la batalla para reducir la incidencia de la Covid 19”.
A la vez que justificaban la desconfianza habida respecto a esta vacuna reconocían el ahora suficiente soporte científico que respalda la seguridad y eficacia del producto. Los científicos rusos y extranjeros, las agencias sanitarias de los diferentes países y la opinión pública en general no tenían por qué haber antes confiado en un nuevo medicamento del que no se habían informado los datos suficientes para reconocerle unarazonable evidencia de seguridad y eficacia.
En ciencia -y no sólo hablando en ciencias de la salud- no se debe confiar en consignas, rumores, anécdotas, suposiciones u ocurrencias; en ciencia lo que no es evidente simplemente no es, o todavía no es.
Bastaron pocas horas después de la aparición de la afortunada publicación en The Lancet para que de manera inusitadamente veloz la confianza en Sputnik V surgiera en muchos ambientes a nivel mundial, muchos que habían desconfiado en la vacuna convirtieran su desinterés en aceptación.
El respaldo de una revista científica tan prestigiada como The Lancet por supuesto que tuvo mucho que ver, toda vez que se trata de la revista médica que ocupa el segundo sitio en puntaje (“ranking”) a nivel mundial por ya varios años, solamente después de The New England Journal of Medicine, publicación norteamericana en el primer sitio.
La evidencia científica es la mejor protección contra los maquillajes y manipulaciones que los medios, los mercados, las ideologías y los políticos puedan hacer sobre los criterios e innovaciones en cuestiones de medicina y en general en salud.
Casi simultáneamente con la publicación que recién hemos referido apareció otra (hace dos días), muy distinta en su género pero igualmente relacionada no sólo con la salud, sino específicamente con la utilización de un producto para el tratamiento de la Covid 19: Es el caso ahora de una empresa norteamericana farmacéutica gigante, Merck (entre nosotros Merck, Sharp &Dohme o “MSD”), productor del ya muy conocido medicamento ivermectina, originalmente para uso veterinario y después también en humanos para combatir ciertos parásitos, pero ahora también utilizado para esta pandemia.
Bueno, pues el propio fabricante publicó antier un mensaje indicando que no hay evidencia científica de ivermectina para tratar la Covid-19 e incluso anotó una cierta preocupación en relación a la falta de datos sobre la seguridad del medicamento en la mayoría de los estudios realizados.
Debe tomarse en cuenta que es el mismo fabricante quien indica que no hay evidencia de su utilidad en esta enfermedad, aunque esto signifique una baja en sus ventas. No hay evidencia, no hay confianza.
CV: Médico cardiólogo por la UNAM. Maestría en Bioética.
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