La voz del Papa
Interesa la noticia tanto a los creyentes como al no creyente. Tal vez más a éste porque, mientras el creyente vive y crece sereno en la verdad, el que no cree zozobra en su mar de confusiones. Desde 1950 la arqueología tiene identificadas las reliquias de San Pedro que se veneran en la Basílica de su nombre en Roma. Y se acaban de encontrar los restos mortales de San Pablo en la llamada Basílica de San Pablo Extramuros, igualmente en Roma. Esto último lo refirió el papa Benedicto XVI en su homilía para la clausura del Año Paulino, el domingo 28 de junio 2009. A pocos pasos de la tumba del apóstol Pablo, Benedicto XVI reveló que se había hecho una pequeña perforación en el sarcófago, que no había sido abierto en 20 siglos, y mediante una sonda “se han encontrado restos de un precioso tejido de lino de color púrpura, bañado en oro, y de un tejido de color azul con filamentos de lino”, junto con granos de incienso rojo. Además “se han descubierto pequeñísimos fragmentos óseos, que, sometidos al examen del Carbono 14 por parte de expertos que desconocían la procedencia, han resultado que pertenecían a una persona que vivió entre los siglos I y II. Esto parece confirmar la unánime e incontrovertida tradición de que se tratan de los restos mortales del apóstol Pablo”. Añade: “Todo esto llena nuestro ánimo de profunda emoción”. Una emoción compartida. *** Tras la noticia, Benedicto XVI se refirió a la enseñanza de San Pablo sobre la renovación del hombre mediante la fe. Lo fundamental es que “con Cristo se inició una nueva manera de venerar a Dios, un nuevo culto, que consiste en el hecho de que el hombre se transforma él mismo en adoración”. Para explicarlo citó la carta a los Romanos: “No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios”. Pablo nos dice: “El mundo no puede ser renovado sin hombres nuevos. Sólo si hay hombres nuevos, habrá también un mundo nuevo, un mundo renovado y mejor. Esto significa también –añadió el Papa– que no basta adaptarse a la situación actual. El apóstol nos exhorta a no ser conformistas”. Pero ¿cómo llegar a ser hombres nuevos? “Nos convertimos en nuevos, si nos dejamos conquistar y plasmar por el Hombre nuevo, Jesucristo”. Esto requiere transformar nuestro modo de pensar: “El pensamiento del ‘hombre viejo’, el modo de pensar común está dirigido en general hacia la posesión, el bienestar, la influencia, el éxito y la fama”, afirmó Benedicto XVI. Así, en último análisis, “queda el propio ‘yo’ en el centro del mundo”... Pero “debemos aprender a pensar de manera profunda”. Es necesario que “nosotros queramos lo que Dios quiere, porque reconocemos que aquello que Dios quiere es lo bello y lo bueno. Se trata, por tanto, de un viraje de fondo en nuestra orientación espiritual”. La sabiduría cristiana lo expresa así: Hay que salir de la “órbita del yo” para vivir en la “órbita de Dios”. *** Para Benedicto XVI, esta renovación supone, como dice San Pablo a los Efesios, que el cristiano alcance la edad adulta, una humanidad madura. Y aquí Benedicto XVI hizo una reflexión sobre el difundido eslogan de la “fe adulta” que tantas veces, no obstante, encubre una actitud inmadura. “Con frecuencia se entiende como la actitud de quien no escucha a la Iglesia y a sus pastores, sino que elige de forma autónoma lo que quiere creer y no creer, es decir, una fe ‘hecha por uno mismo’. Esto se interpreta como ‘valentía’ para expresarse en contra del Magisterio de la Iglesia. En realidad para esto no es necesaria la valentía, porque se puede siempre estar seguro del aplauso público. En cambio, la valentía es necesaria para unirse a la fe de la Iglesia, incluso si ésta contradice al ‘esquema’ del mundo contemporáneo. A esta falta de conformismo de la fe Pablo la llama una ‘fe adulta’. Califica, en cambio, como infantil el hecho de correr detrás de los vientos y de las corrientes del tiempo”. Como ejemplos de lo que hoy día forma parte de la verdadera fe adulta, el Papa mencionó: “Comprometerse con la inviolabilidad de la vida humana desde el primer momento de su concepción” y “reconocer el matrimonio entre un hombre y una mujer para toda la vida”. En nuestro tiempo, advirtió el Papa, “los hombres a menudo permanecen interiormente vacíos y por lo tanto tienen que aferrarse a promesas y drogas que después tienen como consecuencia un ulterior crecimiento del sentido de vacío en su interior”. Como remedio para vencer, mencionó el encuentro con Dios en la vida de oración y en los sacramentos de la confesión y de la sagrada Eucaristía. *** ¿Son una novedad estas declaraciones de Benedicto XVI sobre los restos de San Pablo? Sí, ciertamente, una novedad, por cierto fascinante: ¡Cubren 20 siglos de historia! ¿Y la tumba de San Pedro? La identificación de los restos de San Pedro tiene igualmente otra historia bellísima. Una vez que los investigadores excavando localizaron la tumba de San Pedro, Pío XII anunció gozoso en su radiomensaje de la Navidad de 1950: “Hemos encontrado la tumba de San Pedro”. Terminada esta investigación en 1952, tras descifrar la profesora Margarita Guarducci en un muro, entre otros muchos el grafito que dice en griego, “Pedro está aquí”, se abrió el nicho. Estaba forrado de mármol blanco, y se encontraron sus venerables huesos en él. Pablo VI dijo el 28 de junio de 1978: “Hemos llegado al final. Hemos encontrado los huesos de San Pedro identificados científicamente por especialistas en el tema”. Emilio Palafox Marqués es sacerdote católico/Dr. en Ciencias por la Universidad Complutense de Madrid. Correo: epalafoxm@gmail.com
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