Cerro de la campana
Las renuncias del fiscal general de Justicia del Estado, Rodolfo Montes de Oca, y del secretario de Seguridad Pública en Sonora, Adolfo García Morales, se dan en medio de una complicada crisis de seguridad en la entidad. Ambos iniciaron en la administración estatal de la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano y tuvieron al frente encomiendas importantes para garantizar la seguridad y combatir la impunidad, y anoche se da a conocer que por motivos personales, Montes de Oca ha decidido dejar el cargo y también la presentación de la renuncia de García Morales. En la FGJE sigue un proceso ante el Congreso del Estado y entra como encargado de despacho Aurelio Cuevas Altamirano, quien se desempeñaba como vicefiscal de Control de Procesos, y en la Secretaría de Seguridad estará como encargado de despacho el comisario general de la Policía Estatal de Seguridad Pública (PESP), Ramón Mancilla Macedo. Son tiempos difíciles en Sonora ante la ola de violencia y la población está atenta a las acciones que tomen el Gobierno federal, estatal y municipales para recuperar la paz quebrantada por los hechos de los últimos días en Guaymas y Hermosillo. Y es que la capital sonorense fue el punto donde de nueva cuenta se generó gran preocupación con el asesinato de un policía municipal, registrado la mañana de ayer al Surponiente de la ciudad, y también por el operativo para la detención de hombres armados por el bulevar Progreso. Y es que esto se registra justo al día siguiente de la masacre de cinco policías en Guaymas hecha por un comando armado, lo que retumbó a nivel nacional y desató el pánico en el puerto, donde las familias se sienten aterradas. Este viernes hubo señales de coordinación y acción tanto en Guaymas y Hermosillo, pues se vio reunidos a los responsables de la seguridad a nivel federal, estatal y municipal con el objetivo de reforzar los operativos de vigilancia y buscar a los criminales que están causando esta ola de violencia en la entidad. Con la alcaldesa guaymense, Sara Valle, estuvieron Adolfo García Morales, aún como titular de Seguridad, y el delegado de la PGR en Sonora, Darío Figueroa. En Hermosillo, después del asesinato del policía, se detuvo a cinco hombres armados en un operativo municipal en el bulevar Progreso y aunque aún se desconoce si están ligados al crimen del agente, fue vista como una rápida reacción de las autoridades ante esta ola de crímenes. La población está indignada y sensible siguiendo con atención el actuar de las autoridades de todos los niveles ante este escenario, como se observa en los distintos redes, medios y conversaciones, y esperan acciones contundentes. El compromiso expresado ayer por la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano de que no se escatimarán recursos ni esfuerzos para hacer valer la ley ante los hechos violentos de Guaymas y Empalme, es importante sobre todo, las instrucciones para el trabajo en conjunto. El que la alcaldesa de Guaymas, Sara Valle Dessens, saliera el mismo día de los hechos a exponer su postura después de la explicación del comisario de Seguridad Pública, Daniel Morales, fue difícil, pero encaró la situación. Lo que les está ganando a las autoridades es la información que vuela en las redes sociales y sus tiempos de respuesta han quedado rebasados; aunque las autoridades guaymenses salieron a expresar su postura, fue casi siete horas después y antes no había nada oficial; lo mismo ayer en Hermosillo, cuando casi a las 18:00 horas, Seguridad Pública Municipal confirmaba que la persona asesinada en la mañana era policía cuando eso ya se había conocido minutos después del crimen.
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