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El Imparcial / Sonora / Historias de vida

Migrantes sufren, batallan, pero no se vencen

El deseo de un mejor futuro, hace que migrantes se mantengan firmes en su objetivo.

“NOS SECUESTRARON POR MÁS DE 24 HORAS”

NOGALES.- Peligros, amenazas y hasta extorsiones por parte de autoridades, tanto policiacas como migratorias, asegura Élmer que enfrentó para poder llegar a esta frontera.

Incluso fueron víctimas de secuestradores al arribar a Hermosillo, justo en la central camionera, platicó el hondureño de 36 años de edad, nativo de San Pedro Sula.

Teníamos mucho miedo, pavor y temor bárbaro porque hemos visto videos y escuchado historias de los cárteles mexicanos que no perdonan nada en lo que se refiere a dinero y los matan”, comentó.

Él viaja junto a su esposa y dos hijos menores, tuvo que huir de su país por peligrar su vida cuando fue víctima por usurpación de documentos y alguien estuvo haciendo estafas a empresas con tarjetas a su nombre.

El hondureño Élmer señaló que él y su familia fueron secuestrados en Hermosillo.
FOTO: JULIÁN ORTEGA

A pesar que denunció los hechos en tres ocasiones diferentes (igual número de estafas), fue amenazado de muerte por la misma Policía para que no lo hiciera ya que eran parte del crimen organizado perteneciente a las “Maras 18” y se vio obligado a dejar a toda su familia.

Élmer dijo que cuando llegaron a la frontera Sur, por Chiapas, tuvieron que pagar a personas que los trasladaran por esteros y manglares, viajando además como ocho horas en lanchas, enfrentando peligros porque no podían hacerlo por las calles abiertas, incluso cuatro horas se trasladaron en motocicletas.

Reveló que definitivamente lo más difícil de todo el recorrido ha sido lidiar con los policías con quienes supuestamente deberían sentirse seguros.

“Pero en realidad no fue así y la misma Policía nos fue quitando el poco dinero que traíamos para el camino, en varias ocasiones aquí en México y una vez en Guatemala”, externó.

LOS PRIVAN DE LA LIBERTAD

Durante su trayecto tuvo que emplearse en lo que podía para poder ir avanzando y darle de comer a su esposa e hijos, pero cuando llegó a Hermosillo fueron secuestrados.

Nos secuestraron por más de 24 horas unos hombres que dijeron ser del cártel de Sinaloa y que teníamos que pagar derecho a piso por cada uno de nosotros. Al final pudimos comunicarnos con familiares en Estados Unidos.

“De a 100 ó 150 dólares, entre todos lograron juntar y enviarme mil dólares. Estaban muy preocupados de que nos fuera a pasar algo y luego que depositamos el dinero, a una cuenta que nos dijeron los de ese cártel, entonces nos dejaron libres”, relató. Eso pasó del 1 al 3 de marzo.

Con voz entrecortada y sin poder contener las lágrimas, Élmer expresó que su única meta es conseguir asilo en EU para poder trabajar y brindarle una vida sin sobresalto a su familia que ya ha sufrido bastante.

VA RAÚL POR SU TERCER INTENTO PARA CRUZAR

Raúl, originario del Estado de México,
hará otro intento por cruzar a EU.
FOTO: TEODORO BORBÓN

Raúl ha hecho tres intentos en cruzar la frontera hacia Estados Unidos, pero recomienda a sus paisanos que la piensen bien antes de tomar la decisión porque las cosas no son como las pintan y él lo describe como un verdadero infierno.

El originario del Estado de México de 38 años de edad, partió desde 2012 del Valle de Chalco en busca de un mejor futuro, dejando atrás a su madre y sus hermanas, pero las cosas no salieron como él pensaba, pues creía que con sólo subirse a “La Bestia” alcanzaría el “american dream”.

No es como te la pintan. A mí me decían: Súbete al tren y ya vas a llegar a Estados Unidos, pero jamás me dijeron los peligros que pasa uno, te puedes caer y todo, a mí ya me aventó (el tren) en Guadalajara.

“Yo he visto como a muchos paisas se les troza la mano, cómo se caen”, dijo, “porque en el tren se juega uno más la vida. Si van a venir, pues piénsenla porque para acá es un infierno, pagan un poquito más, pero es un infierno”, expresó.

Fue detenido en dos ocasiones por la Patrulla Fronteriza y encarcelado en Douglas, Arizona y Florence, Carolina del Sur.

A mis ‘paisas’ de una vez se los digo: Pues si se van a venir, de una vez que se los cuenten porque no es de color de rosa, no es fácil. Están cobrando como 7 mil dólares para cruzar y para cruzar ese infierno se vive hambres y sed, y todo”, comentó.

En su tercer intento también falló y desde hace tres años está viviendo en Hermosillo, haciendo pequeños trabajos y viviendo en la calle, y confesó que cada día que pasa le pide a Dios que le dé la oportunidad de cruzar, trabajar y ahorrar unos meses para regresar a su tierra y poner un pequeño negocio.

“Sí pienso aventármela otra vez, porque la verdad, es mi país y todo, pero como me decía mi mamá: México es lindo y hermoso, pero el único problema es que el peso no tiene valor”, comentó.

Orlando Cruz dice que quien no es afín al Gobierno de Nicaragua no la pasa bien en ese país.
FOTO: JULIÁN ORTEGA

ABANDONAN NICARAGUA POR LA CRISIS POLÍTICA

NOGALES, SONORA.- Procedente de Panamá aunque de nacionalidad nicaragüense, Orlando de la Cruz, de 47 años de edad, ha tenido que sortear una serie de peligros y circunstancias adversas por llegar a esta frontera junto a su esposa y tres hijos, el motivo: Persecución política.

El “viacrucis” para llegar a México y hasta Nogales, relató, inició en Panamá, donde nacieron sus niñas, pasando por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala.

Manifestó que viajaron, para llegar hasta Nogales, alrededor de siete meses, en los cuales ha hecho escalas para trabajar en algunos estados de México y hacerse de recursos para proseguir su ruta.

La situación en Nicaragua es que cualquier ciudadano que no sea afín al actual Gobierno “se la pasa feo”, dijo al hacer alusión que su familia es simpatizante al antiguo régimen de Anastasio Somoza y los tildan de contrarrevolucionarios.

HUYE A PANAMÁ

De ahí el constante hostigamiento y amenazas de muerte que recibían él y sus familiares. Entonces huyó a Panamá desde hace varios años, pero también en este País las cosas no son tan diferentes.

“Hay mucha dictadura en toda esta zona de Centroamérica”, opinó.

Orlando comentó que solicitó asilo desde Panamá, a través de una organización humanitaria (HIAS), pero que no pudo aplicar porque argumentaron que en este País no existen este tipo de riesgos que él exponía y prefirió aventurarse con su familia en busca de mejorar sus condiciones de vida.

Había mucha discriminación y a mi hijo, el más grande, hasta lo golpearon varias veces en la escuela porque era de otro país y le decían cosas. Tenía mucho miedo y ya no quería ir a la escuela. Tú ves que uno siempre mira por sus hijos y no podíamos regresar a Nicaragua”, explicó.

Extraña mucho a una hija mayor que tiene, de 22 años, expuso, y teme por la seguridad de ella por lo que anhela una oportunidad de traerla a este País.

Ojalá Diosito que los señores de Migración nos den una oportunidad de trabajar y vivir tranquilos. No queremos nada regalado solamente una oportunidad. Somos honrados y trabajadores”, comentó.

PRESENCIA ACTOS VIOLENTOS

El haber sido asaltado y robado del poco dinero que traía, durante el trayecto por México, cuando venían en “la bestia” (tren carguero), además de ser testigos, de hechos violentos en los que incluso miró cómo otros migrantes -extranjeros fueron asesinados por un grupo de delincuentes (antes de llegar a Oaxaca), le provoca mucho temor.

Esas son de las cosas más difíciles que han tenido que asimilar en familia porque se han tenido que quedar a dormir en parques o la calle porque no tenían para pagar estancia.

Y yo ¿cómo iba a poder dormir? sabiendo que mi esposa e hijos estaban en peligro. Me sentía muy mal y con remordimientos por haberlos traído. Eso fue desesperante, no sabía qué hacer y eso sucedió en varias partes del trayecto”, reveló con lágrimas en los ojos.

JEFFERSON NO PIENSA MIRAR HACIA ATRÁS

Jefferson Ramón, migrante venezolano.
FOTO: TEODORO BORBÓN

Sin importar el sufrimiento y las cosas que tenga que sacrificar para cumplir su sueño de cruzar por segunda vez la frontera hacia Estados Unidos, Jefferson Ramón, originario de Venezuela, no descansará hasta lograrlo, pues para él volver a su país no es una opción.

El joven de 24 años de edad, platicó que desde los 16, salió de su País en busca de un mejor futuro hacia Colombia, y a pesar de que estuvo trabajando por varios meses, no pudo adaptarse y volvió a Caracas, de donde es oriundo.

La situación precaria que se vive en Venezuela, dijo, fue lo que lo orilló a salir del país y buscar un sustento, ya que tampoco tuvo la oportunidad de estudiar por falta de recursos, y sólo cursó hasta primer año de primaria.

Nunca tuve oportunidad de estudios, yo tengo nada más hasta el primer año de primaria y estudié cinco veces, porque las personas que me daban clases a mí, tenían el mismo grado que yo, yo aprendía lo que ya sabía, nunca pude salir de ahí: Leer y escribir; sumar, restar y dividir”, dijo.

Fue por eso que desde pequeño se dedicó a trabajar en lo que pudiera para poder conseguir alimento, ya que aseguró que el equivalente a un mes de sueldo, apenas alcanza para una cartera de huevo, y ya no pudo soportar más la situación y volvió a migrar a Centroamérica.

“En Panamá duré un mes trabajando y trabajando, hasta que vi por mis propios hijos que sí se podía pasar y tomé la decisión de seguir mi viaje por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, aproximadamente duré un mes viajando”, relató.

Con 280 dólares en la bolsa, Jefferson tardó casi dos meses en llegar a Ciudad Juárez, Chihuahua, ya que la travesía fue bastante larga porque hubo ocasiones en las que tuvo que caminar kilómetros, atravesar ríos y selvas para lograr su cometido.

El tren lo agarré en Huehuetoca (Estado de México) y duré cuatro días y tres noches viajando. Me vine entre los rieles, entre la separación de los trenes (vagones). Hay ciertos lugares pequeños en donde uno entra”, comentó.

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