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"¿Y qué tal si se nos ofrece un médico a deshoras?"

En algunos municipios de la zona serrana del Estado, el problema de la falta de médicos es mayor debido a factores como la lejanía y la inseguridad.

"¿Y qué tal si se nos ofrece un médico a deshoras?"

ARIVECHI, Sonora.- El centro de salud de Arivechi, Sonora, cuenta con equipamiento, medicinas (al menos las básicas), una enfermera capacitada y actualmente se trabaja en pintarlo y resanar sus paredes… pero le falta lo más importante: Un médico.

Desde hace aproximadamente un año y tres meses, esta población enclavada en la sierra baja de la entidad, a unos 230 kilómetros desde Hermosillo, no cuenta con un médico pasante que atienda las 24 horas a la población.

Hace como mes y medio se fue de esa población una doctora que fue contratada por la Secretaría de Salud del Estado. Ella brindaba atención de las 8:00 a las 15:00 horas, solamente.

"¿Y qué tal si se nos ofrece a deshoras, o a la hora que sea, una emergencia o algo?, pues tiene uno que hacer movimiento para ir a otro lugar", comenta don Amando Amado, de 73 años de edad, habitante de Arivechi.

 

Un viejo edificio

El sitio más cercano donde pueden encontrar un médico es en Sahuaripa, Municipio que se ubica a 15 minutos en auto, pero la mayoría de quienes habitan el pueblo no tienen en qué moverse.

Eduwiges Lino Heras tiene 58 años de edad y vive sola. Hace dos semanas le picó un alacrán por la madrugada. Tomó varios remedios caseros pero ninguno hizo efecto, por lo que muy temprano le pidió a una amiga que la trasladara a Sahuaripa.

En Arivechi, el centro de salud está ubicado sobre la calle Cuauhtémoc. Por fuera luce el antiguo logo de la Secretaría de Salud federal de los años ochenta. Por dentro todo se ve viejo, paredes con humedad, escasas sillas, mobiliario con al menos 20 años de uso.

Dentro está María del Carmen Núñez, la enfermera del sitio quien ya cumplió 22 años de laborar en el lugar. Dice que están remodelando el centro porque viene una certificación por parte de la Secretaría de Salud del Gobierno de Sonora.

Ella se asume como capacitada para atender emergencias, dar primeros auxilios y continuidad en medicamentos para enfermos ya diagnosticados, pero no para evaluar un mal en un paciente, por lo que considera urgente la presencia de un médico.

"Yo tengo aquí 22 años de servicio y ese mismo tiempo, 22 años, con médico de servicio, hasta que hace poco más de un año se retiraron los médicos de servicio social por cuestiones, creo que de inseguridad", refiere.

 

Cambios en las reglas

El servicio social se instituyó en México en el año de 1936 y es obligatorio para los futuros especialistas, pues se considera que los forma como médicos al confrontarlos con la realidad de su profesión y permitirles poner en práctica conocimientos y habilidades adquiridas en su formación profesional.

Héctor Duarte Tagles, encargado del Servicio Social de Medicina de la Universidad de Sonora, explicó que es la Dirección General de Enseñanza y Calidad de la Secretaría de Salud la responsable de colocar a médicos pasantes en las comunidades sonorenses.

Pero desde la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Salud federal se resolvió que el servicio social sería rotatorio: Se haría cuatro meses en una comunidad, cuatro meses en un centro de salud especializado y otro periodo similar en un hospital para realizar investigación.

La inseguridad, resaltó el catedrático, es otro de los factores externos a las universidades que frenan a los estudiantes a ir a prestar su servicio a comunidades, puesto que el sistema es de elección de acuerdo a calificaciones, es decir, los más aplicados deciden primero a qué comunidad ir.

"Se justificó en su momento que el hacerlo rotatorio iba a disminuir los riesgos para los pasantes, sobre todo, por la situación del narcotráfico, cosa que no es cierto porque hemos seguido teniendo amenazas a pasantes e inseguridad en las comunidades", apuntó.

Para Guillermo Hernández Chávez, coordinador de la carrera de Medicina de la Unison, el problema podría agravarse por el recorte a las becas de los médicos pasantes, que ya son escasas y de una baja remuneración.

"La ley dice que el pasante de servicio social debe recibir una remuneración adecuada y que le sea suficiente para su sustento en esas condiciones, pero parece que se va a recortar esa de por sí raquítica beca que les dan y nos tiene preocupados", afirmó.

 

 

 

Se necesitan médicos

El médico internista, Luis Ramón León Córdova, junto con un grupo de especialistas, decidieron unirse y acudir a diversos municipios del Estado para prestar sus servicios a la población, por lo que se han dado cuenta del déficit de médicos en las comunidades.

Consideró paradójico que hace 30 años, cuando no había escuelas de medicina en el Estado, todos los municipios se cubrían con pasantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

"Y ahora que hay tres universidades aquí no se logran cubrir las necesidades de los pueblos… hemos ido a algunos pueblos a prestar nuestros servicios como especialistas y la queja es: No tenemos médico pasante de servicio social", resaltó.

Existen comunidades en el Estado que son más problemáticas que otras, dijo, al grado de que los médicos no pueden terminar el año de servicio, pero dada su experiencia personal en los lugares que han visitado, hay un alto número de personas con enfermedades crónico-degenerativas que forzosamente necesitan de un galeno.

 

¿Asunto de percepción?

Con nueve años al frente de la Coordinación Médica Local de Sahuaripa, Sonora, el doctor Luis Arturo Macen Flores comentó que la inseguridad es más un problema de percepción y la falta de médicos tiene relación con la nueva estructura del servicio social.

Aun con la ausencia de galenos, asegura que en la zona de la sierra baja del Estado hay buena cobertura: "Mi percepción es que estamos cubiertos, pero desde mi punto de vista, como profesionista, sí nos faltaría ese acercamiento de los médicos pasantes a la comunidad".

En tanto, don Amando y la señora Eduwiges, al igual que otros 800 habitantes de Arivechi, tendrán que cuidar cuándo se sienten mal y requieren de un diagnóstico médico, pues ante la falta un doctor, pareciera que sus malestares debieran tener horario.

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