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El Imparcial / Sonora / lobos marinos

Detectan presencia de elefantes marinos en el mar de Cortés

De acuerdo con estudios realizados por los investigadores se ha detectado la presencia del elefante marino en varias zonas del Golfo de California, que abarca Sonora, Sinaloa y la península de Baja California, aunque no se ha logrado establecer si es en grupos.

Hoy en día, el elefante marino se encuentra en la categoría de amenazada en la NOM-059 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del 2010, como vulnerable en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, y como especie del Apéndice I por la Convención Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres.

Según los investigadores, se estima que la población seguirá creciendo y habitando regiones, como en algunas islas del Golfo de California, donde han sido observadas en los últimos 15 años, sin que hasta el momento haya podido establecerse alguna colonia.

La península de Baja California, principalmente la isla Guadalupe, es la casa de entre 14 y 17 mil elefantes marinos que han sobrevivido a sus dos depredadores, el humano y el tiburón blanco.

La isla Guadalupe, considerada como un paraíso biológico por Edward Palmer, el primer naturalista que la visitó en 1875, es el refugio más importante de México durante el invierno para esta colonia que acude a reproducirse, luego de haberse alimentado en el Golfo de Alaska.

Durante el siglo 18,esta especie fue declarada en peligro de extinción por ser muy codiciada por rusos y norteamericanos que buscaban sus pieles y aceites, y hoy día está enlistada en la categoría de amenazada dentro de la NOM-059 de la Semarnat.

Los investigadores Juan Pablo Gallo Reynoso, del Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo; y Daniel Costa, de la Universidad Santa Cruz, de California, colocaron chip satelitales en seis hembras de elefantes marinos para monitorear la población y los buceos que realizan.

En los primeros resultados, los científicos detectaron que al menos el 70% de las hembras de esta colonia son atacadas durante los viajes que realizan para alimentarse, y cada una se sumerge a una profundidad de más de 700 metros para no ser atacada por los tiburones blancos.

"Se colocaron aparatos satelitales para ver la migración que realizan, el buceo a detalle;y en los primeros resultados vimos que las hembras son las más afectadas por el tiburón blanco que los machos, porque los elefantes marinos machos son del mismo tamaño, son ágiles y tienen colmillos grandes, mientras que las hembras son tres veces más pequeñas y sus colmillos no son tan grandes", externó Gallo Reynoso.

TRANSMISORES

Se colocaron seis transmisores en hembras adultas para conocer los procesos migratorios de estos ejemplares durante sus viajes de alimentación hacia el Golfo de Alaska y la zona de convergencia del Pacifico Norte.

Además de su regreso a la Reserva durante diciembre y conocer con detalle la aproximación de las hembras a la isla para escapar a la depredación del tiburón blanco.

La Universidad de Santa Cruz, California y el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo dan seguimiento al monitoreo de la especie a través de sistema satelital, con apoyo en campo de la Conanp.

"Los resultados colectados por los transmisores satelitales permitirán entender la ecología de estas dos especies, y potenciar las acciones y lineamientos para su conservación dentro de la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe, en apego a su distribución, temporalidad y hábitos alimenticios", agregó el doctor Juan Pablo Gallo Reynoso.

A pesar de lo anterior, esta colonia es un claro ejemplo de conservación, al lograr recuperarse del peligro de la extinción y afrontar los ataques de los tiburones blancos cada vez que salen a alimentarse.

Esta especie se encuentra distribuida en las islas y costas de California, en Estados Unidos, así como de la Península de BC, en México.

El elefante marino sobrevivió a la cacería indiscriminada de rusos y norteamericanos durante el siglo 18, que buscaban sus pieles y aceite, lo que provocó que fuera decretada como especie en peligro de extinción, lo cual finalizó en el siglo XIX.

Su abundancia fue un atractivo irresistible para extranjeros que se dedicaban a su cacería despiadada, eliminándolos de la isla y las costas mexicanas, junto con poblaciones de lobos finos y nutrias marinas.

SON PRESAS

Los elefantes marinos hembra llegan a pesar una tonelada, pero cuando regresan a la isla, lo hacen embarazadas y su peso es de aproximadamente 600 kilos, por lo que deben hundirse a más de 700 metros para no ser alcanzadas por los tiburones blancos.

Los tiburones normalmente las buscan a una profundidad de 500 metros, y a pesar de los esfuerzos que hacen, al menos el 70% sufre un tipo de ataque a su llegada o salida de la Isla Guadalupe, mientras que en los machos la cifra es menor.

Los tiburones atacan en menor medida a los machos porque sus peleas pueden prologarse hasta 40 minutos, por las mismas condiciones de talla y peso.

"Algunas hembras llegan muy heridas a la isla y mueren, otras sobreviven y se dedican a criar y alimentar a su cría hasta destetarla y volver nuevamente a cruzar por la zona de su depredador", puntualizó el investigador del CIAD.

Las hembras y machos salen en mayo y realizan dos viajes de hasta 8 mil kilómetros cada uno para alimentarse al entrar la temporada de invierno regresan al Océano Pacífico, donde mantienen a sus crías.

"Las crías al nacer no producen calor, por eso nacen en lugares templados, donde la temperatura no les afecte, después de unos días de alimentarse con la leche podrán generar calor", abundó el investigador Gallo Reynoso.

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